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Escala presión por una tregua

Estalla huelga, pese a la disculpa de Netanyahu

“Pido perdón por no traerlos de vuelta con vida”, dice el premier israelí tras reclamos; Joe Biden lo critica por no hacer lo suficiente por las víctimas, pero éste se niega a ajustar plan

Con dibujos de los rehenes asesinados y cajas que simulan ataúdes, israelíes protestan en Jerusalén, ayer.Foto: Reuters
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Ni una disculpa ni amenazas frenaron la huelga nacional, pues las familias de seis rehenes asesinados y miles más paralizaron varias ciudades en Israel para exigir de nuevo una tregua con Hamas y traer de vuelta a los 101 retenidos desde hace más de 330 días en Gaza.

En un claro desafío al primer ministro, Benjamin Netanyahu, tras el crimen de los cautivos, disidentes tomaron las calles al suspender sus actividades; según la prensa, opositores y funcionarios se sumaron, no hubo vuelos, principalmente en el aeropuerto Ben Gurión, cerraron escuelas y negocios, se afectó el servicio en bancos y el transporte y hospitales limitaron la atención médica ante la nueva tragedia, pese a que un tribunal intentó bloquear la convocatoria al acusarlos de cometer un acto ilegal e intentar causar un grave daño a la economía nacional.

Así la ciudadanía eleva la presión para que el ultraderechista, quien tachó de “vergonzosa” esta huelga, acepte el cese al fuego ante nuevas movilizaciones en las que lanzaron consignas de confrontación mientras mostraban dibujos de los secuestrados y cajas cubiertas con la bandera israelí para simular sus féretros.

En respuesta, el premier se vio forzado a ofrecer disculpas a los afectados tras la revelación de que tres de ellos serían liberados si se cumplía la primera fase del último acuerdo que se negociaba.

En conferencia de prensa desde Jerusalén, en la antesala de los 11 meses de combates, Benjamin Netanyahu declaró “pido perdón por no traerlos de vuelta con vida”, aunque insistió que estuvieron cerca, luego de los reclamos de los padres que lloran a sus hijos, pues su lucha no fue suficiente. No obstante, el primer ministro descartó cambiar su postura para negociar, pues ese paso lo considera una derrota ante los responsables de la masacre del 7 de octubre.

El líder conservador reiteró que no está sobre la mesa el retiro de sus soldados del Corredor de Filadelfia al advertir que hacerlo sería permitir que los terroristas sigan obteniendo armas y dar control total al llamado “eje del mal”, pues teme que Irán se una a las milicias rivales para liderar los límites entre la Franja y Egipto, lo que va en contra de lo que abogó su ministro de Defensa, Yoav Gallant, evidenciando fuertes diferencias.

Además, su negativa a ajustar el plan contra la resistencia islámica desató críticas dentro y fuera de Israel.

Una de estas voces fue de su socio Joe Biden, presidente de Estados Unidos, quien reconoció públicamente que Netanyahu no ha hecho lo suficiente por salvar a los rehenes. Y, pese a las diferencias, puntualizó que aún está cerca un posible acuerdo al reiterar que su gestión no se rendirá y que “la esperanza es lo último que se pierde”.