Estados Unidos presentó cargos de terrorismo contra el líder de la resistencia islámica Hamas, Yahya Sinwar, y cinco cómplices por planear y cometer la masacre contra Israel el pasado 7 de octubre y por la que 101 personas siguen retenidas en Gaza.
Se reveló que el Departamento de Justicia de Joe Biden acusó formalmente a los mandos en respuesta al ataque a gran escala que desató una guerra en Medio Oriente. Y el diario The Washington Post precisó que ésta se tramitó desde febrero pasado en Nueva York.
Pero se dio a conocer coincidentemente a días del asesinato del ciudadano estadounidense Hersh Goldberg-Polin, pues la ley de la potencia permite acusar a extranjeros por crímenes de connacionales, lo que recuerda que el cuerpo del joven de 24 años, quien sufrió una amputación por esa agresión, fue recuperado por las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) junto a cinco más, víctimas que se cree fueron ejecutadas por sus captores.
Tal acusación la corroboró el fiscal general, Merrick Garland, quien en un video añadió que continúan las vías para castigar a los criminales que desde los 90 conspiran para atacar a Israel y en 2023 trataron de destruir ese Estado al matar a más de mil 200 personas y secuestrar a 250, a quienes usa como moneda de cambio para obtener beneficios en posibles treguas. Acto que en Tel Aviv ven como algo simbólico, aunque EU confía en procesar al menos a uno de ellos.
Y es que destaca que entre los mandos enlistados hay varios ya eliminados, como prometió el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. Uno de ellos es Ismail Haniyeh, brazo político de la organización, quien residía en Qatar y fue asesinado hace más de un mes en territorio iraní, aunque el ejército israelí no se acreditó tal acción. Pero también están los rebeldes Marwan Issa y Mohammed Deif, abatidos en la Franja de Gaza en marzo y julio pasado, respectivamente.
Casi a la par de este informe el ejército israelí redobló su ofensiva contra Hamas y ayer asesinó al comandante Ahmed Fawsi Nasser Muhammad Wadiyya, uno de los combatientes que lideró la masacre mientras siguen las protestas en el país contra el premier.
Y ante exigencias para que el ultraderechista acepte un acuerdo por el cese al fuego y la liberación de cautivos, éste insiste en doblegar a los enemigos en Gaza e ignora cualquier reclamo que interfiera con sus planes. Nuevamente se negó a que sus soldados abandonen el Corredor de Rafah, con lo que parece prolongar el sufrimiento de las familias que confían en volver ver a sus hijos, parejas o padres con vida, pues el líder se enfoca más en temas militares que en los rehenes al criticar ahora a Reino Unido por frenar un acuerdo de armas y evadir el llamado de Naciones Unidas a indagar los crímenes de seis secuestrados.
Estrategia que aprovechan los rivales para dividir más a Israel y elevar la presión contra Benjamin Netanyahu al difundir videos de los últimos mensajes de dos de los cautivos asesinados y amagar con que más víctimas morirán.