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Asciende a 9 cifra de muertos

Huracán Beryl pega en Jamaica y persiste la amenaza climática

Reportan daños significativos tras arrasar con islas del Caribe; premier extiende emergencia una semana y admite que falta lo peor; prevén paso devastador y que luego se degrade

Camionetas incrustadas en viviendas convertidas en escombros lucen en calles de Venezuela.Foto: Reuters
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Luego de días de advertencias, el huracán Beryl alcanzó a Jamaica al rozar la costa sur luego de arrasar con islas en el Caribe y causar destrozos en Granada y San Vicente y las Granadinas, mientras suman nueve muertos según datos de Reuters.

Con vientos de entre 215 y 225 kilómetros por hora el fenómeno aumentó la estela destructiva por el Caribe y Venezuela al azotar viviendas y granjas al alcanzar su punto más cercano a la isla, mientras sus anillos dejaron daños significativos con 400 mil personas sin luz, árboles bloqueando carreteras y fuertes lluvias.

Ante la amenaza de categoría 4, el primer ministro, Andrew Holness, declaró un día antes la emergencia que seguirá por una semana ante el golpe en la zona de tres millones de habitantes y que ya comparan con Gilberto, huracán que asoló por unos 10 días el Caribe en 1988.

Autos arrastrados por las inundaciones se observan cerca de playas ante un fuerte oleaje de fondo.Foto: Reuters

Y Beryl ya causó deslaves e inundaciones y hasta arrancó techos ante lo que se cerró el aeropuerto de Kingston, luego de que se reportaran afectaciones severas en el muelle de embarque, según el portal Jamaica Observer, pero también hubo incidentes menores en Manchester, Por-tland y Saint Andrews, sin víctimas que lamentar, al cierre de esta edición.

Debido al riesgo las autoridades escalaron los llamados a resguardarse, los cuales respondieron 500 personas al acudir a refugios, en su mayoría adultos mayores que temían que el ciclón los dejara sin casa como en otras islas que no están acostumbradas a esa devastación.

Incluso, el gobierno enfatizó a la población a no confiarse, tomar precauciones y respetar el toque de queda —de 06:00 a 18:00 horas— tras detectar la presencia de “aventureros” en calles y en las costas tratando de registrar el paso del huracán que tumbó árboles y cableado eléctrico igual que en otras naciones que convirtió prácticamente en escombros, ahí la gente desafió las recomendaciones con tal de conseguir una selfie con olas de gran altura de fondo.

En tanto, el premier Holness declaró que la situación empeoraría al alertar que aún no se ha visto lo peor e insistir en hacer “lo humanamente posible”, mientras que lo demás lo dejó a la voluntad de Dios, luego de que decenas de habitantes tapiaran ventanas y puertas y trabajadores desmontaran anuncios espectaculares para reducir el peligro ante un severo impacto.

Trabajadores de Jamaica protegen ventanales en edificios de gobierno y puntos críticos.Foto: Reuters

Y aunque se esperaban varias horas de efectos por el fenómeno en la última actualización del Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC, por sus siglas en inglés) a las 22:00 horas (tiempo de Jamaica) se reportó que éste ya se aleja luego de desatar oleaje con potencial mortal, pues rebasó por casi tres metros el promedio de éstas, mientras sigue su paso arrollador por el Caribe.

Se calculaba que anoche seguiría su paso hacia Islas Caimán para causar estragos igual que en Cuba, donde permanecería hoy, mientras la recuperación en Jamaica podría tardar, pues no está acostumbrada a la fuerza ni a la velocidad con la que llegó Beryl.

Al cierre de esta edición se notificó que el imponente huracán mantenía un ritmo de avance hacia Centroamérica de 33 kilómetros por hora para seguir su ruta peligrosa hacia Belice y México, específicamente en la Península de Yucatán. Y ya levanta alertas en Estados Unidos, pues al adentrarse en México alcanzaría al sur de Texas, mientras sus remanentes siguen causando estragos en Haití.

En tanto, expertos que dan seguimiento al ciclón más prematuro en alcanzar el máximo nivel de la escala Saffir-Simpson admitieron que su paso refleja los efectos de un cambio climático sin control con fenómenos cada vez más destructivos a causa de temperaturas más cálidas que se combinan con otros factores.