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A 75 años del ataque de EU

Japón y la memoria a 75 años de las bombas atómicas

El mundo recuerda este mes los bombardeos de EU sobre Hiroshima y Nagasaki; la misión es que no se olvide cómo luce la tragedia

Una niña observa velas que flotan en el río Motuyasu, de Hiroshima, durante la conmemoración del jueves pasado.Foto: AP
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El mundo tiene un antes y después de que la mañana del 6 de agosto de 1945 el bombardero estadounidense Enola Gay, que era pilotado por el coronel Paul Tibbets, dejó caer desde una altura aproximada de 10 mil 450 metros de altura a la bomba atómica Little Boy sobre Hiroshima, Japón, donde causó la muerte de más de 140 mil personas, entre víctimas inmediatas y las que se sumarían en los próximos meses.  

A 75 años de la tragedia, Japón tiene una misión histórica: no permitir que el mundo olvide los estragos de las armas nucleares, para que jamás se vuelva a repetir.

“El 75 aniversario implica para la sociedad japonesa el cómo poder transmitir la tragedia humana que Japón vivió tras la guerra y las dos bombas nucleares. Esto se ha discutido en Japón en los últimos años; por ejemplo, en mi caso, en mi infancia había escuchado las historias de la guerra y de las dos bombas en la televisión y en la escuela, así como en los cursos de Historia, pero también porque teníamos abuelos y familiares que habían ido a la guerra y sobrevivieron o fallecieron durante el conflicto”, explicó Shinji Hirai, antropólogo y vicepresidente de la Asociación México-japonesa del Noreste, en entrevista con La Razón.

El Enola Gay regresa a Tinian, luego de dejar caer la bomba Little Boy sobre Hiroshima, el 6 de agosto de 1945.Foto: AP

Sin embargo, el investigador, nacido en Tottori, Japón, pero radicado en México desde 1998, advirtió que la gran sombra que produjo el hongo nuclear, que permanece como una amenaza latente para el planeta, ha ido perdiendo su lugar en la memoria de la nación japonesa conforme quedan menos sobrevivientes para explicar lo que significó.

“Las nuevas generaciones de japoneses no tienen esa experiencia de escuchar los relatos de la guerra a viva voz. Entonces creo que esto es un reto que Japón debe de estar enfrentando, ya que es el único país que ha vivido el impacto de las bombas nucleares”, advirtió el también docente del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS).

Potencial de las armas de destrucción masiva en poder de EU y RusiaGráfico: La Razón

De acuerdo con Hirai, más que en la literatura, la transmisión de la historia de la guerra y de la tragedia de las dos bombas atómicas han encontrado su lugar en medios audiovisuales.

“Lo que mantiene esa tradición en Japón de conmemorar hoy en día, son los programas de televisión más que la literatura (...) En mi infancia había incluso manga y anime sobre las experiencias de la guerra y también de las bombas atómicas”, explicó.

Uno de ellos, que Hirai recuerda como uno de los más famosos, es Hadashi no Gen (Gen, el descalzo), que cuenta la historia de un niño cuyos padres murieron a causa de la bomba. “La obra relata muy bien el caos de Hiroshima y también cómo es la gente entró en la etapa de reconstrucción, entonces fue una manera de saber sobre las experiencias de la bomba atómica, a través de la cultura popular”, señaló.

Otro de los puntos que mantienen viva la memoria es el Museo Memorial de Hiroshima, el cual, detalló Hirai, aunque no causa gran impacto entre los japoneses familiarizados con la tragedia, sí conmueve a los visitantes extranjeros.

Antes de la de Hiroshima, la única detonación de un arma nuclear hasta entonces había ocurrido como parte del proyecto Trinity en Nuevo México poco menos de un mes antes. Ese primer ensayo se realizó con una bomba de plutonio (no de uranio como Little Boy) y aunque Robert Oppenheimer, uno de los científicos que formaban parte del proyecto Manhattan aseguró entonces, citando un texto sagrado hindú que se había convertido en “el destructor de mundos”, lo cierto es que los efectos sobre una población civil eran totalmente desconocidos.

Así, cuando por primera vez se utilizó sobre una población cientos de miles de personas murieron, otras quedaron con lesiones de por vida y muchas más sufrieron a lo largo de los siguientes años los efectos de la radiación; los sobrevivientes fueron nombrados “hibakusha”, que literalmente se traduce del japonés como “persona bombardeada”.

Tres días después, el 9 de agosto, una segunda detonación (esta vez en Nagasaki) provocó que el emperador japonés Hirohito dejara escuchar por primera vez su voz a sus compatriotas para informarles a través de un mensaje televisado la rendición de su país y con ello el fin de la Segunda Guerra Mundial.

Desde entonces, Japón, al ser el único país del mundo que ha vivido en carne propia un desastre nuclear provocado por armamento bélico, también se ha convertido en semillero de activistas contra el uso de la energía nuclear con fines armamentistas y, recientemente impulsado por el accidente de la planta de Fukushima, en contra de este tipo de energía.

“Las dos bombas cambiaron el rostro de Japón; es el único país que ha tenido una experiencia viva, que ha experimentado ataques con este tipo de armamento bélico y a partir de ahí firma el acuerdo de paz con la comunidad internacional y ello le da un carácter a la política exterior de Japón. En 1947 modifica su Constitución y es pacifista, renuncia al uso de la fuerza y de la guerra como mediación de los conflictos internacionales”, explicó Adolfo Laborde, internacionalista de la Universidad Anáhuac.

Detonaciones nucleares en el mundoGráfico: La Razón

De acuerdo con el especialista, la relación de Japón con el resto del mundo está desde entonces marcada por este incidente, lo que “para los ojos del mundo es una gran muestra de que el peligro de que la guerra nuclear está latente y de que existen ya experiencias previas en el combate a los efectos derivados del lanzamiento de estas dos bombas”.

LA RELACIÓN CON EU

La ciencia nos permite comunicarnos a través de los mares y volar por encima de las nubes, curar enfermedades y comprender el cosmos, pero esos mismos descubrimientos se pueden convertir en máquinas de matar cada vez más eficientes

Barack Obama
​expresidente de EU

“Las guerras de la era moderna nos enseñan esta verdad. Hiroshima enseña esta verdad. El progreso tecnológico sin un progreso equivalente en instituciones humanas nos puede hundir. La revolución científica que condujo a la escisión de un átomo requiere una revolución moral.

“Es por eso que venimos a este lugar. Nos encontramos aquí, en medio de esta ciudad y nos obligamos a imaginar el momento en que cayó la bomba. Nos obligamos a sentir el temor de los niños confundidos por lo que ven. Escuchamos un grito silencioso. Recordamos a todos los inocentes que murieron en todo el arco de la terrible guerra y las guerras que vinieron antes y las guerras que seguirían”.

Lo anterior es parte del discurso que Barack Obama pronunció hace cinco años en Hiroshima, durante la ceremonia conmemorativa por los 70 años del ataque nuclear. Este gesto emblemático fue entendido como un definitivo limamiento de asperezas por el ataque, aunque una disculpa formal se antoja imposible.

“Es muy difícil que lo hagan (que Estados Unidos se disculpe); ellos argumentan que fue una acción para terminar la guerra y que de no haber sido así hubiesen muerto más personas de ambas partes”, explicó Adolfo Laborde, quien sin embargo recordó que el ataque también fue un mensaje para la Unión Soviética, que entonces planeaba invadir el país del sol naciente.

También es cierto que la cobertura mediática de la detonación nuclear que se hizo en Estados Unidos tenía más tintes de venganza que de una acción de guerra destinada a salvar más vidas a largo plazo.

"Estamos en camino de bombardear el continente de Japón", escribió William Laurence, entonces editor de The New York Times, quien fue informado por el ejército con anticipación de la acción militar que se venía, como retribución por haber publicado una historia falsa que justificara la detonación percibida por algunos estadounidenses de la bomba Trinity.

En el texto, publicado un mes después de los bombardeos, Laurence, quien incluso viajó en uno de los aviones del Ejército estadounidense durante el ataque a Nagasaki, convirtiéndose en el único espectador civil, se preguntó si sentía lástima por los "pobres diablos" que serían destruidos por la bomba, para responderse a sí mismo que "no, cuando uno piensa en Pearl Harbor y en la Marcha de la Muerte en Bataan”.

Una encuesta realizada en 1945 revelaba que la mayoría de los estadounidenses hubieran aprobado realizar el bombardeo.

Aprobación de un ataque nuclearGráfico: La Razón

Pese a todo esto, la relación entre ambas naciones se fue haciendo más sólida con el paso de los años, al punto de que actualmente son aliados con un acuerdo de seguridad mutua.

“A pesar de recibir dos bombas atómicas, por lo menos en mi generación durante la infancia no se inculcaron, ni tuvimos un rencor hacia Estados Unidos, esto es, por la manera que dieron la educación de la historia reciente de Japón. El tema acerca de la guerra estuvo cuidadosamente modificado y manipulado”, explicó Shinji Hirai.

LATENTE, EL RIESGO DE UNA NUEVA CATÁSTROFE

Luego de Estados Unidos, la Unión Soviética fue el segundo país en dominar la tecnología nuclear, en 1949. El Reino Unido, en 1952; Francia, en 1960, y China, en 1964, siguieron.

En las siguientes décadas, India y Pakistán también realizaron ensayos. Y aunque no hay datos suficientes, se estima que Israel y Corea del Norte también cuentan con ojivas.

Países con armas nuclearesGráfico: La Razón

Durante la Guerra Fría se estima que hubo hasta 61 mil armas nucleares; sin embargo, los esfuerzos por el desarme han reducido esta cifra hasta alrededor de 13 mil.

“La situación actual es complicada, porque hay una infinidad de conflictos y hay muchos países que ya tienen armas nucleares, además de Estados Unidos y Rusia, como Francia, China tiene, Reino Unido, Pakistán, India, Corea del Norte, hasta Israel”, aseveró Laborde.

Todas estas naciones tienen en común la existencia de conflictos con otros países o afanes de protagonismo en el mapa geopolítico mundial.

“Las aspiraciones de Putin (presidente de Rusia) de ser un actor global lo hace a través de esta política. Estados Unidos no ha renunciado, está renovando su programa y hay que recordar que en el caso de China se habla de ella de una Guerra Fría versión 2.0”, alertó.

Otros puntos de inestabilidad en el mundo son Corea del Norte, que “en cualquier momento” puede atacar a sus rivales, entre ellos a Japón, lo que obligaría a Estados Unidos a intervenir por el tratado mutuo de protección; los conflictos entre India y Pakistán, por la frontera de Cachemira, así como el de Israel con sus vecinos, que en un primer momento se especuló que estaría detrás del estallido de nitrato de amonio en Beirut, la capital libanesa, el martes pasado.

“Sí hay una gran posibilidad, ojalá no, de que si no se controlan los conflictos pueden estos países recurrir al armamento no convencional y desatar un evento trágico en el contexto global del cual la humanidad nunca se recuperaría”, advirtió.