Con protestas retan a Milei en día de prueba

Miles desafiaron al Gobierno de Javier Milei en su primer mes al marchar en varios puntos de Argentina en rechazo a sus apuestas económicas y nuevo “orden público”.

Ni el amago de una severa contención y sanciones frenó a las organizaciones que con cánticos repudiaron el plan con el que el ultraderechista devaluó su moneda más de 50 por ciento.

Horas antes de llenar las principales vías de la capital advirtieron a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich: “no le vamos a permitir que establezca un Estado de sitio” en referencia al operativo represivo contra llamados piquetes.

Así confrontó el líder de Polo Obrero, Eduardo Belliboni, a la autoridad al enfatizar que la marcha se convocó antes de que el libertario asumiera el poder y que no había motivo para echarse atrás.

Frente al clima de tensión las calles se animaron con batucadas que acompañaron a trabajadores, sindicalistas e izquierdistas al grito de “unidad, al que no le guste se jode, se jode”, según Associated Press, aunque éstas avanzaron por ratos sólo en zonas permitidas para evitar una respuesta policial desproporcionada.

Aunque en su mayoría las acciones fueron pacíficas también hubo empujones e intercambios de golpes cerca de la Plaza de Mayo, pues la severa y vigilancia casi cuerpo a cuerpo, con filas de uniformados que resguardaron edificios públicos y las inmediaciones de la Casa Rosada, fue un recordatorio de que con Milei la ley se cumple, al quedar prohibido ir encapuchados, usar a niños como escudo y hacer quemas, lo que desató agresiones que no escalaron, pero sí dejaron dos detenidos, uno de más de 60 años y pintas de “fuera Milei” en la fachada de la embajada de Chile en Buenos Aires.

En esta jornada, que monitoreó el Ejecutivo, se mantuvo la expectativa de cómo respondería la Policía ante incidentes mayores, lo que no se observó ayer, pese a que uniformados iban fuertemente armados, según reclamos de Belliboni, contra unos tres mil disidentes, según datos del Gobierno, lo que contrasta con la saturación de hasta 50 mil en movilizaciones previas.

Al respecto, Bullrich resaltó que la mayoría entendió el nuevo sistema, pues calificó este día como “prueba” en torno a los cambios, pues no se detectaron personas armadas con palos o piedras ni encapuchados, sólo con lente oscuro, según imágenes de agencias y la televisión local. Y enfatizó que no se cortó el transporte público, signo de que se adaptan o hay temor por las sanciones, pues los insurrectos pagarán por los daños y uso de recursos, en caso de requerir más fuerzas para retirar estos bloqueo.

En tanto, en medio del reclamo económico, el mandatario apretó las acciones con nuevas medidas para reconstruir Argentina como el abrir las privatizaciones al derogar una ley previa, ante lo que algunos realizaron cacerolazos al cierre de esta edición.