El régimen de Irán intensificó su plan represivo, luego de casi tres meses de protestas, y tiene en la mira a las mujeres, a quienes las fuerzas del orden disparan directamente al rostro y genitales.
Testimonios anónimos de médicos y enfermeras recabados por The Guardian evidencian un cambio de estrategia en la contención con ataques que buscan causar daño permanente, desfigurar y “destruir la belleza femenina” por su desafío al exigir más derechos en la nación islámica, cuando suman 458 muertos, según Iran Human Rights, algunos de ellos por disparos de bala.
Con ello, se cree, buscan mostrar que además de matar dejarán graves marcas a los disidentes.
Según una investigación del diario británico, en los últimos días aumentaron los casos de las manifestantes heridas con perdigones de escopeta en rostro, pecho y genitales, que acuden a hospitales que atienden casi a oscuras, sólo con apoyo de lámparas, para evitar represalias si son descubiertos al ayudar a insurrectos.
El hecho llamó la atención de los tratantes luego de que algunas víctimas tuvieran que ser atendidas por ginecólogos, casi en la clandestinidad, debido a las graves lesiones por perdigones incrustados en la piel como en muslos e ingles, mismas que ponen en riesgo partes íntimas de ellas, hecho que, hasta el momento, no ha ocurrido en ningún nombre, o por lo que menos no han documentado ni el sector salud ni grupos activistas. Además, advirtieron del grave riesgo de aquellas jóvenes que no se atienden por vergüenza, por ser tratadas por doctores hombres.
Ello hace suponer que se trata de un acto deliberado contra ellas, quienes desde septiembre pasado exigen reducir las extremas normas de vestimenta, luego del crimen de Mahsa Amini, quien fue brutalmente golpeada presuntamente por la policía moral hasta la muerte por no usar de manera adecuada el hiyab.
Dicha estrategia va en contra de las normas o recomendaciones internacionales que señalan que para frenar a violentos se debe apuntar a las piernas para no dañar órganos vitales.
Al respecto, Amnistía Internacional de la región comentó que las pruebas obtenidas por el medio británico son evidencia de uso de perdigones para la caza contra los manifestantes, mientras que el gobierno de Ebrahim Raisi rechazó dar declaraciones en torno a esta supuesta estrategia únicamente contra mujeres.