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Ángeles Aguilar

Futuras generaciones pagarán 616% más por mismos servicios públicos

PUNTO Y APARTE

Ángeles Aguilar
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Más pronto que tarde llegó el invierno… y en un abrir y cerrar de ojos se nos pasó la vida. Con la vejez llega a su vez la experiencia, la calma y los nietos, pero aunado a los dulces frutos de la edad, en nuestro país arriban también las penurias, las enfermedades y la pobreza.

De acuerdo con el Coneval, 47.6% de la población de 65 años o más no cuenta con los suficientes recursos para satisfacer sus necesidades básicas, amén de que 38.3% de ellos sufre de pobreza por una o más carencias.

Por si fuera poco, en los últimos años el abultado incremento de las enfermedades crónicas y degenerativas mermaron la calidad de vida de muchos adultos mayores y generaron más presiones para los sistemas de salud que existen en el país.

En adelante el panorama no es mucho mejor. En los siguientes años el impacto del Covid-19 en la frágil estructura hospitalaria y médica podría reducir aún más las capacidades de servicio en padecimientos básicos, como diabetes, hipertensión y otros malestares respiratorios...

Que cara es la vida… Asimismo, el enorme peso que representan las pensiones y apoyos no contributivos para la vejez se mantendrá al alza en los siguientes años.

Datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), que comanda Héctor Villareal, indican que en este año el desembolso anual para ese fin podría aumentar 6.6% respecto al 2020, con lo que las pensiones alcanzarían la línea del billón de pesos.

A lo anterior sume las necesidades en materia de seguridad y servicios de infraestructura básicos que no dan marcha atrás…

Los paganinis… La realidad es que, a pesar de que México se considera aún un país de jóvenes, existe una evidente transición, dada una menor tasa de natalidad y una mayor expectativa de vida.

Hacia el 2050, las personas mayores de 60 años representarán 21.3% de la población nacional, el doble que el 12.3% de hoy en día. En contraste, aquéllos de entre 35 y 60 años serán 34% del total. Lo anterior significa que habrá menos personas en edades laborales.

Dicha transición demográfica representará un mayor costo fiscal para las futuras generaciones, pues no se prevé un incremento relevante en la formalidad que pudiera ampliar la base de trabajadores y el nivel de recaudación.

Bajo ese escenario, Carlos Vázquez Vidal, especialista del CIEP, hace ver que mientras un niño recién nacido en 2020 pagaría 138 mil 770 pesos en aportaciones netas, para recibir servicios de salud, educación y una pensión, uno nacido en este 2021 deberá abonar en impuestos unos 992 mil 066 pesos a lo largo de su vida para recibir lo mismo.

En otras palabras, bajo las condiciones actuales, futuras generaciones pagarían 616% más para recibir iguales bienes y servicios públicos. Los que vienen atrás a arriar…

Reforma a autónomos, otro riesgo a calificación

Foco rojo… Como si el pírrico crecimiento económico y la deuda de Pemex no fueran suficientes, la actual propuesta para reformar la constitución en lo referente a los organismos autónomos será otro riesgo más para la calificación crediticia.

Ariane Ortiz-Bollin, especialista de la calificadora Moody’s, enfatizó que hoy el marco institucional es una de las principales debilidades para la nota soberana por lo que cualquier modificación que vulnere la solidez de esos organismos será tomada en cuenta para analizar una baja de calificación. Oh, oh…