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Elecciones presidenciales y tribunales cuestionados

ANTINOMIAS

Antonio Fernández
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Faltan nueve días para las elecciones presidenciales, donde también se elegirán nueve gubernaturas, treinta y un estados renuevan sus congresos locales, y treinta de ellos además tendrán elección de presidencias municipales, por ello el país entero está inmerso en las elecciones. 

Han pasado los tres debates presidenciales, donde imperó el monólogo de cada uno de los candidatos, no hubo realmente un intercambio de ideas, cada candidato le habló a sus seguidores diciéndoles lo que querían escuchar, y parece que nada cambió en los momios electorales, con un formato acartonado sin interacciones directas ha sido de los debates más aburridos en la historia de nuestros debates, no les gusta afrontar los riesgos de un debate directo entre candidatos, y mientras éstos no cambien el formato, no podemos esperar algo más interesante de ellos.

Por otra parte, tenemos a las autoridades electorales cuestionadas, son las más cuestionadas desde la creación del IFE en 1994, en ese entonces se cuestionó su integración por las filiaciones partidistas de sus miembros, pero nunca sus miembros han tenido el prestigio de ese primer IFE cuyo consejero presidente fue José Woldenberg, quienes validaron las elecciones del año 2000, les tocó reconocer la derrota del PRI que por primera vez en una elección presidencial perdía, en la cual resultó triunfador Vicente Fox representante del PAN, por lo que parece que cada seis años se degrada el prestigio de los árbitros electorales.

Desde ese lejano año de 1994, ha habido diversas reformas electorales, donde incluso el IFE cambió a INE, y sobre todo se han reformado los tribunales electorales, hasta llegar a la creación del actual Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, integrado por una Sala Superior, conformada por siete magistrados, de los cuales sólo hay cinco magistrados nombrados, faltan dos de ellos; y cinco salas regionales, de las cuales falta el nombramiento de seis magistrados federales regionales y treinta y seis magistrados locales, con tantas ausencias es difícil que puedan trabajar eficazmente dichos tribunales.

Ante la elección más polarizada en los últimos treinta años, resulta extraño y preocupante que existan nombramientos pendientes de magistrados electorales, parece una apatía del Gobierno y del Congreso federal para que sean nombrados, también podemos pensar que la falta de los nombramientos es parte de una estrategia para tener un tribunal vulnerable y cuestionado.

Por todo lo anterior, tenemos una polarización electoral cada día más grave. Por otro lado, tenemos un tribunal electoral cuestionado e incompleto. ¿Qué podríamos esperar si no gana la 4T? El Presidente ha comentado en varias ocasiones sobre un posible golpe de Estado, y resulta intrigante que él mismo lo señale, cuando es él quien controla la mayoría de los congresos locales, los tribunales, el Ejército, y la Guardia Nacional. Sólo le hace falta controlar la Suprema Corte de Justicia de la Nación, para tener un poder absoluto. ¿Puede haber un golpe de Estado en estas condiciones?, parece imposible, pero en política todo es posible. Esperemos que todo salga en paz en las próximas elecciones, y salgamos a votar.