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Arturo Damm Arnal

Confianza del consumidor (2/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Según el Indicador de Confianza del Consumidor, ICC, que va de cero (total desconfianza), a cien (confianza total), la tendencia es hacia una menor desconfianza (el ICC pasó de 44.2 puntos en enero a 46.8 en septiembre), y la pregunta es ¿cómo contribuye ello al crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, relacionada con la creación de empleos, la generación de ingresos, el bienestar?

Hay quienes creen que una mayor confianza del consumidor se traduce en una mayor compra de bienes y servicios, lo cual se traduce en una mayor producción de los mismos, lo cual da como resultado un mayor crecimiento de la economía, que se mide por el comportamiento de la producción de satisfactores, por lo cual es una buena noticia la tendencia hacia una mayor confianza de los consumidores. ¿Será?

Entre enero y julio (tomo como referencia julio porque es el último mes para el que tenemos información del consumo privado), el ICC pasó de 44.2 a 46.2 puntos, mayor confianza que, según la versión mencionada en el párrafo anterior, debería haberse traducido en una mayor compra de bienes y servicios, con el efecto que debió tener sobre la producción y el crecimiento de la economía. ¿Fue el caso?

En términos mensuales, comparando cada mes con el mes anterior, que es la mejor manera de responder a la pregunta ¿cómo va la economía?, en enero, según el Indicador Mensual del Consumo Privado, IMCP, del INEGI, la compra de bienes y servicios de parte de las familias residentes en el país, excluyendo la adquisición de bienes inmuebles y objetos lujosos, creció 1.5 por ciento. En julio creció 0.0 por ciento. Pese a que aumentó la confianza de los consumidores no aumentó la tasa de crecimiento de la compra de bienes y servicios. ¿Y qué pasó con el crecimiento, que se mide por el comportamiento de la producción?

Tomando como referencia el Indicador Global de la Actividad Económica, IGAE, y analizando el tema en términos mensuales, en enero la producción de satisfactores creció 0.5 por ciento. En julio lo hizo al 0.2 por ciento.

Entre enero y julio la confianza de los consumidores aumentó de 44.2 a 46.2 puntos. La tasa de crecimiento de la compra de bienes y servicios pasó, en el mismo periodo, de 1.5 a 0.0 por ciento. La tasa de crecimiento de la producción de bienes y servicios, para el mismo periodo, pasó de 0.5 por ciento a 0.2. No se cumplió la versión apuntada en el segundo párrafo de esta columna.

Hay que tener en cuenta que no basta con una mayor compra de bienes y servicios para que se dé una mayor producción de los mismos, ya que una posibilidad es que los mercados respondan a esa mayor demanda, no con una mayor oferta, y por lo tanto producción, sino con el alza de los precios. Además hay que considerar que, si el ICC general, en julio, fue 46.2, el relacionado con las posibilidades de los integrantes del hogar, comparadas con las de hace doce meses, para comprar muebles, televisores, lavadoras, otros aparatos electrodomésticos, etc., fue de 30.0 puntos, muy por debajo del ICC general.

En términos mensuales, entre enero y julio del año pasado, la compra de bienes y servicios, creció, en promedio mensual, 0.94 por ciento. Entre enero y julio de este año lo hizo al 0.39, muy por debajo del registro del año anterior.