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La herencia (3/5)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

En términos generales (crecimiento/dinamismo e inflación/estabilidad), el de AMLO será el sexenio de peores resultados de los últimos cuatro (peores porque en ningún sexenio fueron buenos), si bien es cierto que en algunas variables (tipo de cambio, salario mínimo, desempleo), hay buenos resultados.

Toca el turno al análisis del mundo del trabajo, a partir de la información de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, comparando noviembre de 2018, último mes del sexenio de Peña Nieto, con marzo pasado, último mes para el que tenemos cifras.

En noviembre de 2018 en condición de desempleo se encontró el 3.3% de la población económicamente activa (mayores de 15 años que buscan trabajo: si lo encuentran se vuelven población ocupada; si no lo encuentran, y siguen buscando, son población desocupada). En marzo pasado fue 2.3%, el mínimo histórico. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de ocupación parcial y desocupación (población desocupada más la que trabajó menos de 15 horas semanales), se encontró el 9.5% de la población económicamente activa. En marzo pasado 8.2%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 la tasa de presión general (desocupados más ocupados que buscan un mejor trabajo), fue 6.2% de la población económicamente activa. En marzo pasado 5.1%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de subocupación (población ocupada con necesidad y disposición de trabajar más pero sin posibilidad de hacerlo), se encontró el 6.9% de la población ocupada. En marzo pasado el 6.5%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 en condición de informalidad laboral (población ocupada que trabaja en un negocio informal más la que trabaja, de manera informal, en un negocio formal), se encontró el 57.2% de la población ocupada. En marzo pasado el 54.3%. Menos, bueno.

En noviembre de 2018 la tasa de ocupación en el sector informal (población ocupada que trabaja en negocios informales), fue el 27.1% de la población ocupada. En marzo pasado el 27.9%. Más, malo.

En noviembre de 2018 el porcentaje de la población ocupada que trabajó, de manera informal, en un negocio formal, fue el 30.1. En marzo pasado el 26.4. Menos, bueno.

Por último, en noviembre de 2018, en condición crítica de ocupación (quienes trabajan menos de 35 horas a la semana, más quienes trabajan más de 35 ganando menos de un salario mínimo, más quienes trabajan más de 48 ganando hasta dos salarios mínimos), se encontró el 15.0% de la población ocupada. En marzo pasado el 34.4%. Más, malo.

En marzo pasado, comparando con noviembre de 2018, en materia de desempleo, de ocupación parcial y desocupación, de presión general, y de población ocupada que trabajó informalmente en un negocio formal, las cosas mejoraron. En materia de población ocupada que trabajó en negocios informales, y de condiciones críticas de ocupación, las cosas empeoraron, sobre todo en lo segundo, aumentó del 15.0% de la población ocupada al 34.4%, variables que incluye, de todas las analizadas, el nivel de ingreso, talón de Aquiles de la economía mexicana.

El problema no es la creación de empleos: en marzo se alcanzó el mínimo histórico en materia de desempleo, sino la generación de ingresos: en marzo el 70.0% de la población ocupada generó hasta dos salarios mínimos de ingreso.

Continuará.