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Ingreso, el reto

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El fin de la economía, que comienza por la producción (medio) y termina por el consumo (fin), es el bienestar de las personas, que debe ser el resultado de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo, con el gobierno quitándole a Pedro una parte de su ingreso para dárselo (de una u otra manera) a Juan, redistribución del ingreso que es la principal tarea de los gobiernos, que absorbe cada vez más presupuesto.

En 2001 el gasto social (redistribución del ingreso), fue 61.21% del gasto total del gobierno. En 2024, será 67.69%. El incremento es de 10.58%.

El camino correcto, desde el punto de vista de la ética, en general, y de la justicia, en particular, no es el de la redistribución gubernamental del ingreso, que es expoliación legal, propia del Estado de chueco, antítesis del Estado de derecho. El camino correcto, el que es acorde con la dignidad de la persona y condición necesaria de la libertad individual, es el de la generación personal del ingreso, gracias a un trabajo suficientemente productivo (lo cual tiene que ver con el capital humano), y suficientemente demandado de parte de los empleadores (lo cual tiene que ver con las inversiones directas).

El problema es la baja capacidad de la población ocupada para generar ingreso suficiente. Según la información proporcionada por el Inegi en los indicadores de ocupación y empleo, de febrero, 70.5% de la población ocupada generó hasta dos salarios mínimos diarios, 497.86 pesos, lo cual es inconstitucional, porque en el artículo 123 de la Constitución leemos que el salario mínimo tendrá que ser suficiente para que el trabajador y su familia satisfagan correctamente sus necesidades normales en el orden material, social y cultural, y para proveer la educación obligatoria de los hijos, lo cual con un salario mínimo de 248.93 pesos diarios, dado el actual nivel de precios, y pese a los considerables aumentos salariales otorgados en esta administración (181.08% de 2019 a 2024), resulta imposible. En febrero, 40.1% de la población ocupada generó hasta un salario mínimo de ingreso, 248.93 pesos diarios.

¿Qué se requiere para que aumenten los ingresos? En primer lugar que aumente la productividad de los trabajadores, que sean capaces de hacer más con menos, para lo cual se requiere de más y mejor capital, siendo capital todo lo necesario para producir bienes y servicios: recursos naturales; instalaciones, maquinaria y equipo, y la tecnología incorporada a ellos; conocimientos, habilidades y actitudes. Capital natural, capital físico y capital humano, respectivamente.

En segundo lugar que la demanda de trabajo, de parte de los empleadores, aumente más que su oferta, de parte de los trabajadores, para lo cual se requieren más inversiones directas, que producen bienes y servicios, crean empleos (demandan trabajo), y generan ingresos, mismas que dependen de la confianza que tengan los empresarios para invertir directamente, confianza que, en escala de cero a cien, en marzo, según el indicador de la confianza de los empresarios de la manufactura, la construcción, el comercio y los servicios no financieros, del Inegi, se ubicó en 42.35 unidades, más cerca del cero (total desconfianza), que del cien (confianza total).