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Arturo Damm Arnal

Ingresos y gastos (2/2)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Se publicó la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2022, que, al proveerlo de información, le permite al Coneval realizar la medición de la pobreza y presentar un reporte, lo que hará el 10 de agosto.

Ayer, en la primera entrega, analicé, brevemente, lo sucedido entre 2018 y 2022 con el ingreso corriente, y terminé con esta observación: el bajo nivel de ingreso en México, y esta aclaración: la diferencia de ingreso corriente entre los deciles no se debe a la desigual distribución del ingreso, sino a la incapacidad, de los deciles más bajos, para generar más ingreso, lo cual afecta sus gastos, por tanto su consumo, por ello su bienestar, que depende, en buena medida, de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen, la mayoría de los cuales hay que comprar.

El gasto corriente monetario en 2018, antes de la 4T y del Covid, fue 13,036.00 pesos mensuales; en 2020, con la 4T y el Covid, fue 11,369.33 pesos, 12.79% menos que 2018; en 2022, con la 4T y sin el Covid, fue 13,321.67 pesos, 2.19% más que 2018, 17.17% más que 2020.

El gasto corriente monetario se divide en: alimentos, bebidas y tabaco, que en 2022 representó 37.68% del total; transporte y comunicaciones, 19.30%; educación y esparcimiento, 9.81%; vivienda y servicios, 9.49%; cuidados personales, 7.69%; limpieza y cuidados de la casa, 6.09%; vestido y calzado, 3.81%; salud, 3.36%; transferencias de gastos, 2.75%.

Si comparamos, para cada uno de los renglones de gasto, 2022 con 2018, antes de la 4T y el Covid, contemplando que el promedio fue 2.1%, este fue el resultado: alimentos, bebidas y tabaco creció 9.2%; transporte y comunicaciones decreció 1.2%; educación y esparcimiento decreció 17.3%; vivienda y servicios creció 1.6%; cuidados personales creció 6.1%; limpieza y cuidados de la casa creció 5.8%; vestido y calzado decreció 13.2%; salud creció 30.9%; transferencias de gastos creció 0.5%. Lo más destacado: el crecimiento del 30.9% en salud.

Si comparamos, para cada uno de los renglones de gasto, 2022 con 2020, el año de la recesión, considerando que el promedio fue 2.1%, este fue el resultado: alimentos, bebidas y tabaco más 16.0%; transporte y comunicaciones más 21.8%; educación y esparcimiento más 49.7%; vivienda y servicios más 1.2%; cuidados personales más 12.6%; limpieza y cuidados de la casa más 8.9%; vestido y calzado más 49.6%; salud menos 6.8%; transferencias de gastos más 9.2%. Lo más destacado: la recuperación de los gastos en educación y esparcimiento, 49.7%; en vestido y calzado, 49.4%; en transporte y comunicaciones, 21.8%; en cuidados personales, 12.6%; y la caída en salud, menos 6.8%.

La información analizada nos dice en qué gastaron las familias en 2018, cómo se modificó ese gasto en 2020, el año de la recesión, y cómo volvió a cambiar en 2022, superada la recesión. No nos dice, para ello hay que esperar el reporte sobre pobreza del Coneval, para cuánto alcanza ese gasto, si bien, analizando, como lo hice en el anterior Pesos y Contrapesos, el nivel de ingreso reportado, sabemos que, para muchas familias, alcanza para poco.

El problema económico de México es la baja capacidad, de buena parte de la población ocupada, para generar ingreso. El 69.3% de esa población genera hasta dos salarios mínimos, 624.82 pesos diarios.