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Injusta e ineficaz

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

En el anterior Pesos y Contrapesos (https://www.razon.com.mx/opinion/columnas/arturo-damm-arnal/tres-reformas-589080), escribí sobre las tres reformas necesarias para hacer de la mexicana una verdadera economía de mercado, en el sentido institucional del término, en la cual los derechos de los agentes económicos están plenamente reconocidos, puntualmente definidos y jurídicamente garantizados, lo que no sucede en México. Las reformas son: la constitucional, la fiscal y la monetaria.

¿Es probable que se realicen? No, por lo que la economía mexicana seguirá siendo injusta e ineficaz. Injusta porque los derechos de los agentes económicos no estarán plenamente reconocidos, puntualmente definidos, jurídicamente garantizados. Ineficaz porque el crecimiento económico, y todo lo que del mismo depende (producción de bienes y servicios, creación de empleos, generación de ingresos, bienestar), seguirá siendo bajo.

El fin de la economía es el bienestar de las personas, que depende de la cantidad, calidad y variedad de los bienes y servicios de los que disponen para satisfacer sus necesidades, la mayoría de los cuales hay que producir (producción que es el alfa de las actividades económicas), la mayoría de los cuales, para consumirlos (consumo que es el omega), hay que comprarlos, para lo cual hay que pagar un precio, para lo cual hay que generar ingreso, para lo cual hay que tener un empleo, todo lo cual depende de las inversiones directas, que son las que se destinan a producir bienes y servicios, a crear empleos (para producir alguien debe trabajar), a generar ingresos (a quien trabaja se le paga), empleos e ingresos que son condiciones del bienestar, sobre todo si debe ser resultado de la generación personal de ingreso, no de la redistribución gubernamental del mismo.

Es económicamente eficaz lo que minimiza la escasez y maximiza el bienestar, para lo cual se necesita que se produzca y ofrezca la mayor cantidad posible de bienes y servicios, para lo cual se requiere que directamente se invierta lo más posible, para lo cual se requiere de la justicia, del respeto a los derechos de los agentes económicos, comenzando por el derecho a la libertad individual para producir, ofrecer y vender, y el derecho de propiedad privada de los medios de producción necesarios para poder hacerlo. En economía la eficacia (minimizar la escasez y maximizar el bienestar), depende de la justicia (reconocer plenamente, definir puntualmente y garantizar jurídicamente los derechos de los agentes económicos a la libertad individual y a la propiedad privada), algo que en México deja mucho que desear.

¿Cómo andamos en materia de libertad económica? Según el Índice de Libertad Económica 2024, de la Fundación Heritage, en escala de 0 a 10, la calificación de México es 6.2 (pasamos de panzazo), y su posición, entre 184 países, es la 68 (véase: https://www.heritage.org/index/pages/country-pages/mexico).

Y en materia de propiedad, ¿cómo estamos? Según el Índice Internacional de Derechos de Propiedad 2023, de la Alianza por los Derechos de Propiedad, en escala de 0 a 10, la calificación de México es 4.6 (reprobamos), y su posición, entre 125 naciones, es la 76 (véase: https://www.internationalpropertyrightsindex.org/#world-map).

La justicia deja que desear y, por ello, también la eficacia.