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Arturo Damm Arnal

La próxima década

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

En materia de crecimiento, que se mide por el comportamiento de la producción de bienes y servicios, relacionada con la creación de empleos (para producir alguien debe trabajar), la generación de ingresos (a quien trabaja se le paga), y el bienestar (que depende del empleo y el ingreso), en los últimos tres años del sexenio, después de la recesión, que duró del tercer trimestre de 2019 al segundo de 2021, los resultados serán mejores de lo esperado, lo cual es bueno, por todo lo que está involucrado: producción, empleos, ingresos, bienestar.

En los tres primeros años de la 4T, los resultados en materia de crecimiento son: 2019, menos 0.3 por ciento; 2020, menos 8.83; 2021, más 6.80. Promedio anual: menos 0.78.

En 2022 la economía creció 3.88 por ciento, y, según el resultado de la encuesta de septiembre del Banco de México a los especialistas en economía del sector privado, tomando en cuenta el promedio de las 35 respuesta recibidas, la economía crecerá 3.15 por ciento este año (2.80 según la proyección más pesimista, 3.50 según la más optimista), y 1.91 el que entra (1.30 conforme a la proyección más pesimista, 3.40 conforme a la más optimista). Suponiendo estas proyecciones, que cambiarán encuesta tras encuesta, a lo largo de los tres últimos años de la 4T el crecimiento promedio anual será 2.98, superior al menos 0.78 de la primera mitad, pero mediocre y con tendencia a la baja: de 3.88 en 2022, a 3.50 en 2023, a 1.91 en 2024.

Y para los próximos 10 años, de 2024 a 2034, ¿qué se espera? Nuevamente, según el promedio de las 35 respuesta recibidas por el Banxico en la mentada encuesta, los economistas encuestados proyectan un crecimiento, promedio anual, del 2.23 por ciento (1.60 según la proyección más pesimista, 3.33 según la más optimista), lo cual, de ser el caso, estará dentro de lo normal para la economía mexicana desde que, en 1982, hace 42 años, se perdió el crecimiento elevado y sostenido. Entre 1935 y 1981 la economía creció, en promedio anual, al 6.17 por ciento. Entre 1982 y 2022 lo hizo al 2.10. Si entre 2024 y 2034 crece, en promedio anual, 2.23 por ciento, crecerá ligeramente por arriba del promedio señalado, lo cual será bueno, pero insuficiente para que se tenga, en materia de producción, empleos, ingresos y bienestar, el efecto que debe tenerse para lograr que el 36.3 por ciento de la población, que según la Medición de la Pobreza 2020, del Coneval, se encuentran en condición de pobreza (29.3 en pobreza moderada y 7.1 en extrema), puedan salir de ella, no gracias a la redistribución gubernamental del ingreso, que solo alivia los efectos de la pobreza (la carencia de satisfactores), sino a la generación personal del mismo, que sí elimina sus causas (la incapacidad para generar ingresos suficientes que permitan la compra de satisfactores en cantidad, calidad y variedad adecuadas).

Sí, en 2022 y 2023, los resultados, en materia de crecimiento, por arriba del 3 por ciento (3.88 y 3.15, respectivamente), fueron y serán mejores de lo esperdo, pero para 2024 se proyecta un alza del 1.92 por ciento, y en los próximos 10 años, de 2024 a 2034, del 2.23 en promedio anual.

Lo más probable es que en el 2034 cumplamos 53 años, más de medio siglo, con un crecimiento mediocre, más o menos del 2.2 por ciento, una vergüenza y un problema.