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Arturo Damm Arnal

Volviendo a la normalidad (III)

PESOS Y CONTRAPESOS

Arturo Damm Arnal
Por:

Comienzo definiendo términos. Por “volver a la normalidad” entiendo recobrar, para la variable que estemos analizando, la tasa de crecimiento que teníamos en 2018, antes de que en 2019 se iniciara la recesión. Por “recuperación” entiendo recobrar, para la variable que estemos considerando, el volumen alcanzado en 2018, antes de que se iniciara la recesión en 2019. Antes de lograr la recuperación tendremos que volver a la normalidad.

Volver a la normalidad, recobrar el crecimiento que teníamos en 2018, lo cual puede considerarse, en términos mensuales (comparando cada mes con el mes anterior), o en términos anuales (comparando cada mes con el mismo mes del año anterior). Veamos cómo va, en esta vuelta a la normalidad, el Indicador Global de la Actividad Económica, IGAE (que mide el comportamiento de la producción de bienes y servicios), con los datos más recientes, los de agosto.

En términos mensuales éste ha sido el comportamiento del IGAE en lo que va del año: enero, 0.1 por ciento; febrero, menos 0.6; marzo, menos 1.2; abril, menos 17.5; mayo, menos 2.4; junio, 8.8; julio, 5.7; agosto, 1.1. Sumamos tres meses consecutivos con crecimiento cada vez menor, volviendo a la normalidad. En 2018, antes del inicio de la recesión en 2019, el crecimiento promedio mensual del IGAE, en términos mensuales, fue 0.0 por ciento.

En términos anuales éste ha sido el comportamiento del IGAE en lo que va del año: enero, menos 0.8 por ciento; febrero, menos 1.7; marzo, menos 2.5; abril, menos 19.7; mayo, menos 21.6; junio, menos 14.6; julio, menos 9.8; agosto, menos 8.5. Sumamos tres meses consecutivos con decrecimiento cada vez menor, todavía lejos de la normalidad. En 2018, antes del inicio de la recesión en 2019, el crecimiento promedio mensual del IGAE, en términos anuales, fue 2.0 por ciento.

En agosto el volumen de la producción de bienes y servicios en México fue similar al que se tuvo en septiembre de 2014, lo cual significa un retroceso de, prácticamente, seis años. En mayo, mes en el cual la contracción anual fue del 21.6 por ciento, el volumen de la producción de bienes y servicios en México fue similar al que se tuvo en octubre de 2009.

Los mejores resultados en términos mensuales (tres meses de crecimiento, aunque a la baja), y los menos malos en términos anuales (tres meses de decrecimiento menor), son consecuencia de la reapertura de la economía, que suma ya casi cinco meses, del hecho de que negocios que ya operaban, y que dejaron de operar por el cierre de la economía, volvieron a operar, pero no del hecho de que hayan surgido nuevos negocios, consecuencia de nuevas inversiones directas, algo que no ha sucedido, y que no sucederá, mucho menos de manera general, al margen del capitalismo de cuates vigente, mientras la 4T siga en el poder.