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Arturo Vieyra

Empleo y Consumo, lenta pero firme recuperación

BRÚJULA ECONÓMICA

Arturo Vieyra
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Dentro de la complejidad del actual entorno económico donde el centro del escenario sigue acaparado por las preocupaciones por la alta inflación, en México dos bloques de información relativos al crecimiento del empleo y del consumo de las familias arrojan una moderada carga de optimismo.

Con cifras del Inegi, el consumo de las familias continuó creciendo durante marzo a muy buen ritmo, e incluso ya superó los niveles prepandemia. Llama la atención del reporte oficial que la recuperación del consumo es prácticamente generalizada en todos los segmentos, tanto de bienes como de servicios, así como en bienes nacionales e importados. En adición a este buen resultado, está el crecimiento real de las ventas de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (ANTAD) de 8% real en abril que perfila continuidad en el avance del consumo.

El consumo se sostiene entre otros factores con el crecimiento del empleo y los salarios. En este campo los resultados siguen siendo positivos. En abril, el avance en el número de trabajadores afiliados al IMSS crece de nueva cuenta a una tasa relativamente alta, 4.5%, si bien muestra una moderada desaceleración respecto a meses anteriores, se traduce en una generación de casi 900 mil nuevos empleos respecto a mayo del año pasado, y muy por arriba del pronóstico de los 500 mil esperados por el consenso de analistas de la última Encuesta Banxico para finales de este año.

En el mismo sentido, el salario promedio del IMSS sigue avanzando a pesar de la alta inflación, en abril creció 2.9% en términos reales, es decir, ya descontando la inflación. Si bien esta cifra es alta, refleja en buena medida los incrementos al salario mínimo decretados a finales del año pasado. Si consideramos los aumentos a los salarios contractuales, ya se refleja una pérdida real de poco más de dos puntos porcentuales para este segmento de los trabajadores que cubre la décima parte de los afiliados al IMSS. En consecuencia, los resultados son moderadamente positivos en cuanto a salarios, y si no cede la inflación, la pérdida en el poder adquisitivo de los trabajadores será generalizada para lo que resta del año.

Hay que recordar que los 21 millones de trabajadores afiliados al IMSS sólo representan un poco más de la tercera parte de toda la fuerza laboral mexicana (59.5 millones), de los cuales, en abril 1.8 millones estuvieron desempleados. En ese mes se logró de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) una cifra importante de generación de empleos de un millón respecto a marzo. Buen dato sin duda, pero tiene matices que hay que poner de relieve. El 60% de los nuevos empleos fueron formales y el resto se generaron en el sector informal, por lo que la tasa de informalidad sigue en niveles altos (55.5%), los nuevos empleos se siguen creando en los segmentos de bajos ingresos y la subocupación sigue representando el 9.0% del empleo total.

En conclusión, es evidente que falta mucho por hacer; no obstante, la situación no muestra mayor deterioro por lo que se mantiene el impulso al consumo de las familias que además se ve apoyado por el gasto social y la persistente entrada de remesas. Esta tendencia va contra las proyecciones pesimistas sobre el crecimiento de la economía. Si el deterioro no es mayor posiblemente alcancemos un avance de la economía este año de al menos de 2.0%. Todo dependerá de la contundencia de la lucha contra la inflación.