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Bibiana Belsasso

El expresidente detenido por la DEA

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Juan Orlando Hernández Alvarado, expresidente de Honduras es acusado por los Estados Unidos de narcotráfico. Su segundo mandato concluyó el 27 de enero de 2022.

Tan sólo 15 días después de haber dejado el poder, el gobierno de los Estados Unidos pidió la extradición de Hernández a aquel país por delitos de narcotráfico.

Y cuatro días después de esa petición, un fuerte dispositivo policiaco detenía al expresidente en su casa. Estuvo en prisión en Honduras y ahora ha sido entregado a la DEA, acusado de tráfico de drogas.

Se trata de tres delitos que deberá enfrentar ante la corte federal de Nueva York, cometidos entre 2004 y 2022, incluso antes de que fuera presidente. Una red de tráfico de droga que surgió desde Colombia y Venezuela a Estados Unidos, a través de Honduras, de acuerdo con la agencia estadounidense.

En una rueda de prensa en Washington, el fiscal general de Estados Unidos, Merrick Garland, dijo que Hernández “abusó” de su posición como presidente para dirigir Honduras como “un narco Estado” y que recibió sobornos por parte de múltiples cárteles, incluido, cuando era congresista, del Cártel de Sinaloa.

La denuncia en contra de Juan Orlando Hernández Alvarado se había hecho desde los Estados Unidos desde hace tiempo. Su hermano, Tony Hernández, ya está detenido en aquel país y se ha declarado culpable.

En un mensaje emitido por la DEA, dice que el caso del expresidente de Honduras debe ser un claro ejemplo para cualquier líder extranjero que abuse de su poder para proteger a los cárteles de la droga. Aseguran que, si se utiliza dinero del crimen organizado para elecciones o si se aceptan sobornos de los cárteles de la droga, si se trafica con drogas, si se protegen a los cárteles de la droga y si se deja que la violencia florezca por el crimen organizado, la DEA los juzgará por sus crímenes. Si se creen que se pueden proteger bajo el poder de una posición se están equivocando.

Fue un mensaje duro y contundente, se puede creer que Estados Unidos se está entrometiendo en otros países, pero ellos aseguran que los cárteles de la droga están afectando a su país.

El jueves, las autoridades estadounidenses hicieron públicos documentos que acusan a Hernández de conspirar para importar cocaína a Estados Unidos y conspirar para usar armas y herramientas destructivas.

Las acusaciones contra el exgobernante de 53 años están basadas, en su mayoría, en declaraciones de narcotraficantes hondureños durante un juicio realizado también en Estados Unidos contra su hermano. Sin embargo, Orlando Hernández aseguró que las acusaciones eran una venganza por combatir el narcotráfico en su país.

El departamento de justicia de la Unión Americana asegura que el exmandatario recibió “millones de dólares” de cárteles de la droga, entre ellos un millón de dólares del capo Joaquín El Chapo Guzmán.

Extraditado por narcotráfico

Juan Orlando Hernández (c) en espera de ser enviado a EU, en Tegucigalpa, Honduras, el pasado 21 de abril.Foto: AP

Las acusaciones dicen que Hernández empezó a enriquecerse con dinero de la droga desde que era congresista en Honduras, y que también usó el dinero para impulsar sus campañas políticas a la presidencia.

En 2013, cuando hacía campaña para ser presidente, aceptó dinero por parte de El Chapo, asegura Estados Unidos. El supuesto pago se hizo al hermano de Hernández, Tony Hernández, quien fue sentenciado a cadena perpetua por narcotráfico en Nueva York en 2019.

Según las acusaciones, Hernández usó los sobornos de los narcos para asegurar su ascenso en la política de su país, incluida su elección como presidente en 2013 y 2017. En ambas elecciones, Hernández pidió a narcotraficantes que sobornaran a políticos para asegurar que éstos le apoyarían y ganaría así la presidencia, asegura Estados Unidos.

Además, el gobierno estadounidense indicó que el expresidente de Honduras ofrecía a los narcos protección ante investigaciones de la policía y acceso a datos policiales, como datos de radares. Junto a otros funcionarios, coordinaba con narcotraficantes para que éstos pudieran transportar la droga.

Mientras fue presidente , Juan Orlando presumió los elogios emanados del gobierno de Estados Unidos por capturar a líderes de grupos criminales dedicados al tráfico de drogas.

Mientras que el exmandatario de Honduras indicó que las acusaciones: “son con base en mentiras de los capos de la droga, que su gobierno ayudó a extraditar y que buscarían acuerdos con la fiscalía estadounidense para reducir sus penas”.

Uno de los testigos del juicio contra el narco hondureño Geovanny Fuentes Ramírez, también condenado de por vida en Estados Unidos, llegó a decir en el juicio que había oído decir a Juan Orlando Hernández que iban a “meter la droga a los gringos en sus propias narices” sin que se dieran cuenta.

En tanto, la Corte Suprema de Honduras rechazó una apelación del exjefe de la Policía Nacional, Juan Carlos Bonilla Valladares, mejor conocido como El Tigre. Fue arrestado después de Hernández a pedido de fiscales estadounidenses por cargos similares y se espera que sea extraditado en las próximas semanas.

Desde el juicio de Joaquín El Chapo Guzmán, en 2019, los fiscales federales en Nueva York han construido casos de narcotraficantes, políticos y jefes del crimen organizado que usaron sus conexiones en Colombia y México para mover toneladas de cocaína a los Estados Unidos, pero hasta el momento ningún estadounidense ha sido señalado, pese a que es el país donde termina la cadena del tráfico de drogas, con los consumidores.

Muchos casos aún se tienen que probar, y es cierto que quienes acusan son testigos protegidos, muchos de ellos narcotraficantes detenidos por los propios acusados, pero en el caso del expresidente de Honduras, su propio hermano se ha declarado culpable.

La extradición de Hernández podría tener consecuencias regionales si decide negociar con los fiscales federales de Estados Unidos, debido a que la droga provenía desde Sudamérica, pasaba por Centroamérica y México.

Juan Orlando Hernández será el segundo expresidente de Honduras y el cuarto de Centroamérica que cumplirá una pena de prisión en las cárceles de su gran vecino del norte.

El exmandatario del país centroamericano no es el primero en tener denuncias de narcotráfico en los Estados Unidos. Ahí está el caso de Nicolás Maduro, de Venezuela.

En 2016 dos sobrinos de la primera dama Cilia Flores fueron acusados de intentar transportar 800 kilos de cocaína a Estados Unidos, y han admitido estar involucrados en una red del narcotráfico según documentos de la fiscalía de Nueva York.

¿Este mensaje podría ser también para México? El expresidente de Honduras es acusado de recibir sobornos del Cártel de Sinaloa. En México, cuando se dio el Culiacanazo se dejó libre a Ovidio Guzmán, acusado en Estados Unidos de ser de los principales introductores de fentanilo a su país. Se tenía una orden de extradición a los Estados Unidos, incluso el día de la revuelta había un avión de la justicia estadounidens para trasladar a Ovidio.

Se dio la orden de dejarlo en libertad, se dijo en ese entonces que para preservar la paz.