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Huachicol: cuento de nunca acabar

BAJO SOSPECHA

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Días antes de terminar el 2018, el Presidente López Obrador presentó una “estrategia” para acabar con el robo de combustible, el llamado huachicol, y se dijo que las pérdidas por ese robo eran de unos 60 mil millones de pesos, y podría con ese dinero recuperado financiarse el 40 por ciento de una refinería.

Explosión en hidalgo

El pasado 4 de febrero, una pipa de gas estalló en una gasolinera de Tula de Allende; dos personas murieron y cuatro más resultaron lesionadas.Foto: Cuartoscuro

Se cerraron los ductos de Pemex y se envió a los elementos que estaban en la Policía Federal, que acababan de desaparecer, supuestamente a cuidar esa zona.

Para el 4 de enero del 2019, usted seguramente recordará que amanecimos con filas interminables en las gasolinerías por compras de pánico porque el combustible era escaso. Todo era caos, nunca recuerdo haber vivido algo similar, cualquiera que quisiera llenar su tanque podía tardar horas en la fila y la gasolina la racionaban.

La falta de abasto duró varias semanas. A los pocos días, el caos ya no sólo era en la Ciudad de México y el centro del país, estados como Nuevo León empezaron a sufrir esta escasez y se repitió la crisis.

El 15 de enero de ese año, una toma clandestina en el ducto Tuxpan–Tula en la localidad de Tlahuelilpan explotó. Decenas de habitantes llegaron a llenar sus bidones con gasolina, cuando se dio una explosión que mató a 135 personas y dejó a más de 50 heridos.

Se dijo que los ductos dejarían de operar y se compraron decenas de pipas para trasladar la gasolina que supuestamente iba a resguardar el Ejército.

Con todo y las pipas compradas, era obvio que no se podía abastecer el combustible para todo el país de esta forma, por esto se le destinaron millones de pesos.

Los ciudadanos le perdonaron al Gobierno la escasez de gasolina y la mayoría pensó que efectivamente se iba a reducir el robo de combustible.

Pues no fue así, no se ahorró nada con esta estrategia y tampoco se acabó con el huachicol que hoy es una de las actividades más lucrativas del crimen organizado.

A cuatro años de la explosión en Tuxpan-Tula, el pasado sábado 4 de enero fue paralizada una de las carreteras más transitadas en Guanajuato, la que conduce de Silao a León; fue por dos horas debido al incendio de una pipa que presuntamente cargaba combustible directamente de un ducto de Pemex. El incidente ocurrió entre las 7:15 y 7:30 horas, antes de llegar al entronque a Comanjilla.

El fuego ocasionado por el combustible corrió por el asfalto y alcanzó un camión de carga que transportaba alimentos para mascotas, el saldo fue de seis personas lesionadas.

Hasta el momento, las autoridades no han informado si este siniestro pudo ser provocado por el robo de combustible, el huachicol, pero los medios locales informan que se originó por la carga ilegal de combustible que realizaba la pipa en una válvula de Pemex.

Este hecho es el tercer incidente que ocurre en el municipio en lo que va del año, y Guanajuato fue el sexto estado con más tomas clandestinas en 2022.

La entidad permanece bajo el asedio de los grupos criminales que buscan el control de la extracción y venta ilegal de combustible, la cual lideraba el Cártel Santa Rosa de Lima hasta 2020, cuando fue detenido su líder José Antonio Yépes, El Marro, quien cumple una condena de 60 años, y aunque se creía que el CSRL estaba en vías de desaparecer, continúa vigente.

Ahora se disputa este control con el Cártel Jalisco Nueva Generación. Parte de esta pelea se refleja en la violencia, la cual se ha incrementado en la entidad, no sólo por los homicidios dolosos, sino por otros delitos como la extorsión en la modalidad de cobro de piso.

El “triángulo del huachicol” en Guanajuato, también conocido como “triángulo de las Bermudas”, es una zona conformada por municipios donde pasan los ductos de Pemex que transportan el combustible a lo largo del país.

Incluso, el pasado 31 de octubre, la entidad vivió una noche de caos y violencia, debido a la presunta detención de El Muñeco, quien al parecer, es cuñado de José Antonio Yépes Ortíz.

Hasta el momento, ocho líderes del Cártel de Santa Rosa de Lima han sido capturados tras la detención de El Marro, pero ello no ha evitado que el negocio siga, ahora en manos de una hermana de Yépes Ortiz.

A mediados de 2022, se informó que el robo de combustible se había convertido en un foco rojo para la comunidad de la Luz de Orozco, en Cortazar, y en menos de un mes, el Ejército recuperó 34 mil litros de combustible.

Para el 26 de julio de 2022 en ese mismo municipio, elementos del Ejército y la Guardia Nacional detectaron una toma clandestina y una cisterna con hidrocarburo, la tercera en poco más de un mes.

Para poder extraer el combustible suman el apoyo de pobladores, a quienes utilizan como carne de cañón para enfrentar a las fuerzas de seguridad, a quienes les impiden el paso en operativos. Esto hace que la comunidad corra mucho riesgo.

Según reportes de Pemex entregados al Gabinete de Seguridad, en los primeros 15 días de enero de 2023, el promedio ha sido de cinco mil 500 barriles robados al día, los grupos dedicados al huachicoleo han sofisticado sus operaciones ante el despliegue de más de dos mil militares en los principales ductos.

Eso equivale a casi un millón de litros de gasolina robada que podría llegar a tener un valor de 22 millones 307 mil 700 pesos.

Además de Guanajuato, se  reportan sitios de extracción ilegal de combustible en ductos de en Edomex, Puebla, Tamaulipas, Veracruz, Jalisco, Baja California, Nuevo León, Michoacán, Tlaxcala e Hidalgo, en este último estado la extracción no ha descendido, pese a la tragedia reportada hace cuatro años en Tlahuelilpan.

El Huachicol no va a terminar mientras las autoridades no controlen a los grupos criminales que lo operan, es criminen organizado y el negocio les reditúa porque siempre van a tener clientela. Mientras en las gasolineras el litro de combustible se mantiene por arriba de los 21 pesos, estos grupos criminales lo llegan a ofertar hasta en 17 pesos.

Pemex ha reportado pérdidas por robo de combustible de 14 mil 243 millones de pesos por huachicoleo. Por ejemplo la cifra de pérdidas en los tres primeros trimestres del 2022 es equivalente a un aumento del 196.6% con respecto al robo de combustible del año anterior.

Entonces, parece que el huachicol no sólo no se controla, sino que se incrementa. Ya no sólo es el Cártel de Santa Rosa de Lima el principal operador de robo de combustible, sino que ahora el CJNG está peleando ese negocio, lo que además se traduce en mayor violencia.

Y nunca se justificó ni la escasez de gasolina, ni la compra de pipas y mucho menos el supuesto ahorro por el control del robo de huachicol que podría, según se nos dijo, financiar el 40 por ciento de una refinería.

Un dato adicional, la refinería de Dos Bocas que está construyendo el Gobierno federal, no sólo no contó con estos supuestos recursos que se ahorrarían por el control del huachicol, sino que ahora el propio Presidente ha reconocido que costará 46 por ciento más de los presupuestado.