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Bibiana Belsasso

Entre misiles y armamento nuclear

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las alarmas comenzaron a escucharse el pasado martes a las 7 horas con 29 minutos, hora de Japón, cinco de la tarde de México. Los altavoces indicaban a los ciudadanos de Japón buscar un refugio “al interior de los edificios o bajo tierra”, debido a que se aseguraba que un misil balístico enviado de Corea de Norte podría pegar en territorio japonés. El misil sobrevoló la prefectura nororiental de Aomori y aterrizó fuera de la Zona Económica Exclusiva de Japón, es decir, cayó en el océano Pacífico, a tres mil kilómetros en la isla de Hokkaido. 

No se reportaron heridos, pero sí la suspensión del servicio de varios trenes. Durante 20 minutos la alerta estuvo activa y provocó confusión y luego pánico entre los habitantes.

Corea del Norte ha amenazado con mandar misiles a Japón, el 15 de septiembre de 2017, otro proyectil sobrevoló la isla de Hokkaido, en el norte de Japón, pero no llegó a su territorio como el del martes pasado.

Y en enero de este año, lanzó dos misiles balísticos de corto alcance en aguas frente a la costa de Japón.

Ahora, el gobierno nipón convocó una reunión de su Consejo de Seguridad Nacional.

Es el quinto ensayo balístico en 10 días, anteriormente Pyongyang disparó cuatro misiles en el espacio de una semana, a fines del mes pasado y principios de éste, casi al mismo tiempo que la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, realizó una visita oficial a Japón y Corea del Sur, el pasado 29 de septiembre.

En esa ocasión, Harris indicó que los ejercicios militares de Kim Jong-un “desestabilizan la paz y la seguridad de la región asiática”.

Estados Unidos respondió antes del lanzamiento de misiles a través del principal diplomático estadounidense para el este de Asia, Daniel Kritenbrink, quien describió la decisión de Corea del Norte como “desafortunada”.

El que Corea del Norte intensifique las pruebas de misiles, se hace con el fin de desafiar la prohibición del Consejo de Seguridad de la ONU, sobre las pruebas de armas balísticas y nucleares. Está prohibido por el riesgo que significa para la humanidad, pero siguen haciendo pruebas con el llamado cohete más potente de su historia, un Hwasong-17 intercontinental, que fue probado en marzo pasado, y que alcanzó una altura y una distancia muy superiores a la de cualquier otro proyectil lanzado.

Pero, además en el gobierno de Kim Jong-un se trabaja desde finales del 2017, y ha completado la primera prueba de una bomba de hidrógeno, con una potencia de 160 kilotones, y de un misil intercontinental, con ello garantizó estar un paso adelante en la carrera nuclear.

Hablamos de un arma capaz de destruir con facilidad ciudades e incluso países enteros, ya que su capacidad destructiva es cientos de veces superior a la de las bombas de Hiroshima y Nagasaki.

Por obvias razones, después del ataque en la Segunda Guerra Mundial en Hiroshima, con la bomba atómica, en Japón están conscientes del grave riesgo que esto significa, y más aún que estén haciendo pruebas en Corea del Norte con misiles y armamento nuclear, no sólo como experimento sino para mostrar su poderío en armamento.

Ensayo balístico amenaza al Japón

Una cadena de televisión emite las imágenes del lanzamiento del misil, el 28 de septiembre.Foto: AP

A principios de este mes, de acuerdo con la agencia estatal de noticias KCNA, Corea del Norte aprobó una ley con la que se declaró a sí mismo como un Estado con armas nucleares, y descartó la posibilidad de conversaciones sobre la desnuclearización.

La ley también consagra el derecho del país a utilizar un ataque nuclear preventivo para protegerse.

El gobierno de Kim realizó lanzamientos de misiles de largo alcance y pruebas nucleares en 2019, luego de dos cumbres entre el mandatario norcoreano y el entonces presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Las conversaciones entre los dos países se han estancado desde la llegada de Joe Biden a la Casa Blanca, quien optó por imponer sanciones debido a la intensificación de los lanzamientos de misiles.

Especialistas aseguran que Kim Jong-un tiene un aliado, se trata de China, quien, a pesar de los bloqueos económicos por parte de Occidente, apoya a Corea del Norte.

Mientras que Rusia está en proceso de comprar proyectiles de artillería y cohetes a Corea del Norte, para continuar con su invasión en Ucrania, así lo demuestran los archivos desclasificados estadounidenses, con lo que las sanciones pierden efecto ante este desacato.

Estados Unidos, la Unión Europea y otros países como Japón y Australia han impuesto sanciones unilaterales contra el régimen de Kim Jong-un.

Los constantes desacatos norcoreanos han puesto en vilo la posición de los países de Occidente, pues Kim Jong-un utiliza artimañas para dar la vuelta a las sanciones, prueba de ello es lo que hizo en agosto pasado, cuando lanzó dos misiles de crucero al mar Amarillo.

El tercer líder supremo de la dinastía Kim, dirige con dureza su país, pese a que sus ciudadanos están sumidos en una terrible espiral de pobreza, dejando la economía en el mercado negro, donde la falsificación de billetes, el tráfico de pastillas y de armas, se vuelven las principales redes de negocios.

Y Corea del Norte no es la única amenaza mundial por el lanzamiento de sus misiles, Rusia dispone de varios modelos de largo alcance, en los que puede utilizar todo el poderío de sus cinco mil 977 cabezas nucleares.

En tanto, Irán ha desarrollado durante las últimas cuatro décadas una gran industria nacional armamentística, con especial interés en los misiles balísticos, los cuales son una constante preocupación para Estados Unidos, Europa y algunos países de Medio Oriente.

Este año, en medio de las negociaciones para regresar al acuerdo nuclear firmado en 2015, la Guardia Revolucionaria de Irán presentó un nuevo misil balístico, con un alcance de mil 450 kilómetros.

Medir fuerzas con misiles de largo alcance y armamento nuclear es muy peligroso, pero es lo que estamos viviendo en pleno 2022. Pareciera que no se ha aprendido nada de la historia.