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Bibiana Belsasso

Narcotráfico vía aérea

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
Por:

Hace tres días se encontraron cinco paquetes de cocaína en el bote de basura del baño en un avión procedente de Bogotá, Colombia, a la Ciudad de México.

Poco antes de aterrizar en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, personal de la línea aérea dio aviso a la Guardia Nacional.

Esto no es de extrañarnos. Desde hace años en el Aeropuerto capitalino, al igual que muchas otras terminales aéreas importantes en el mundo, se ha utilizado como un centro de operación importante para los cárteles de la droga por su conexión con todo el mundo.

A principios del 2019, en el drenaje del AICM, fueron encontrados 67 condones llenos de cocaína líquida.

El hallazgo no fue parte de ninguna investigación especial, sucedió por coincidencia. Una empresa contratada para desazolvar las tuberías como parte del mantenimiento rutinario al sistema de desagüe del aeropuerto, hizo el hallazgo.

Fue entonces que agentes de la Policía Federal, entonces adscritos al aeropuerto, realizaron trabajos para sacar del drenaje la droga. El peso total era de 2 kilos 700 gramos.

No era la primera vez que empleados en el aeropuerto encontraban droga en el drenaje, pero al parecer es una de las artimañas utilizadas por los criminales para sacar la droga del aeropuerto sin pasar por los filtros de seguridad.

Lo cierto es que este tipo de pequeños decomisos se realizan muy seguido en al AICM, pero también los hay en cantidades mucho más importantes.

Otro ejemplo: en septiembre del 2018, la Fiscalía General de la República (FGR) aseguró en el AICM 29 kilos 164 gramos de una sustancia química precursora de fentanilo en un vuelo de carga procedente de Shanghai, China.

Pero hay otras formas en que narcotraficantes introducen droga a nuestro país.

Entre el 2013 y el 2015 hubo muchos casos en donde en países como Perú o Colombia, si un pasajero documentaba una maleta, le hacían varias etiquetas a otras maletas en las cuales enviaban droga y ya en México era recogida por personal coludido con estos traficantes.

Varias personas fueron incluso detenidas. Un caso fue el de Óscar Álvaro Montes de Oca, aprehendido el 31 de julio del 2013, en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

El sociólogo había viajado a Argentina para vacacionar. Al regresar, tras un vuelo que había hecho escala en el aeropuerto de Lima, Perú, se encontró con una maleta con las etiquetas cambiadas, que no coincidían en peso ni en descripción con la que había documentado antes de sus vuelos y en las cuales se encontraban las drogas que se le acusó de traficar.

Afortunadamente para Montes de Oca, su inocencia pudo ser probada y fue liberado la noche del 6 de agosto.

Lo mismo le pasó a la maestra Ángel de María Soto Zárate, quien fue acusada de ser propietaria de una maleta con 10 kilos de cocaína. Su maleta no llegó, así que cuando se disponía a abandonar el aeropuerto recibió una llamada de que su maleta había aparecido, y al acudir fue detenida por policías federales acusada de transportar droga.

Nuevas técnicas de contrabando

En el bote de basura de un avión procedente de Bogotá, y que llegó al Aeropuerto Benito Juárez de CDMX el pasado lunes, fueron localizados 5 paquetes que contenían 2 kilos 860 gramos de cocaína, los cuales quedaron a disposición de la Fiscalía General de la República.Foto: Especial

En el 2013, Ernesto de la Torre Carbajal, un contador de la firma Price Water House Coopers también fue detenido cuando llegaba al AICM porque había una maleta registrada a su nombre con 27 kilos de cocaína, misma que no era de él.

Y es que los narcotraficantes siempre van a encontrar la forma de introducir droga al país, y el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es un punto neurálgico para hacerlo.

Hay que recordar la balacera que se dio en el 2012 en el AICM, cuando un operativo para detener en flagrancia a dos policías federales, investigados por tráfico de cocaína, terminó en un tiroteo entre miembros de la misma corporación, en donde murieron 3 agentes.

Pero esto no ha cambiado, la droga sigue llegando. Muchas veces se hacen decomisos como los que se dieron hace dos días en el vuelo procedente de Bogotá, pero la introducción de droga no cesa.

Incluso, en algún momento se dio a conocer el famoso Cártel de Gali. Así se le decían por la droga que era escondida en las cocinas de los aviones y a éstas se les conoce como galeras.

Personal del aeropuerto o de la aerolínea escondían enervantes en este lugar, misma que era recogida al llegar al destino.

Todos los días, estos criminales buscan nuevas técnicas para introducir narcóticos. El problema es que muchas veces lo hacen con personas inocentes, que el único pecado que cometieron ha sido el viajar y registrar su maleta.

Hoy, las autoridades tienen la obligación de hacer una investigación exhaustiva para controlar este tráfico de drogas, por el cual muchos inocentes son culpados.

Reportes de inteligencia señalan que, en muchas ocasiones, los decomisos de enervantes son en realidad distractores para que pasen cargamentos mucho más grandes, y es que las redes del narcotráfico han logrado establecer todo un sistema, el cual involucra a personal de plataforma, pilotos, controladores, azafatas, guardias de seguridad privada e incluso elementos federales, para poder enviar o recibir narcóticos.

Bien que la Guardia Nacional haya hecho este decomiso de cocaína en el vuelo procedente de Bogotá, pero ésta es una historia de nunca acabar, porque mientras la droga les deje dinero a los traficantes, seguirán transportándola y cada día con técnicas nuevas.