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Bibiana Belsasso

El rescate

BAJO SOSPECHA

Bibiana Belsasso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Parte 3: Perdido en un barco: la historia de Timothy Shaddock

Después de tres meses a la deriva, Tim pensó que no sobreviviría, un hombre de más de un metro 80, pesando 45 kilos a quien se le había acabado la fuerza. Dos días antes de ser rescatado, se había acostado pensando que era su momento de morir.

Hasta que un buque atunero lo encontró. El barco que pesca atún sale por periodos largos. Las travesías duran varias semanas, porque moverlo hasta mar adentro, que es donde se puede pescar, económicamente es muy costoso.

Los radares del barco detectaron una mancha a lo lejos, podría ser una ballena muerta o algún otro objeto, y cuando esto se encuentra es muy probable que ahí haya bancos de atún.

Se pidió al helicóptero que viaja en esas embarcaciones que fuera a revisar de qué se trataba y se descubrió que era el náufrago con su perra.  

Así nos lo cuenta Andrés Zamorano:

“Lo principal fue que el barco lleva un sistema de localización para aves, que es un seguimiento para poder encontrar el cardumen de atún y en el radar el capitán vio una marca y nos dio la indicación de que fuera el helicóptero a checar y ver si se trataba de atún y pues se encontró con un velero, y en el velero se encontraba Tim en una condición bastante preocupante, que difícilmente lograba en su momento levantar la mano para pedir ayuda. La embarcación hace la llamada a la empresa y la empresa tuvo comunicación con el señor Antonio Suárez, quien es el dueño, que dio la indicación de atenderlo, de ayudarlo lo más pronto posible y que se parara toda pesca para poder enfocarse en el rescate”, dice.

Las leyes marítimas, y más en aguas abiertas, exigen que si se rescata a un náufrago, este sea llevado de inmediato a la costa. Para un barco atunero como el que rescató a Tim, dejar  de pescar para regresar antes de tiempo tiene unos costos económicos enormes.

Don Antonio Suarez, dueño de la empresa atunera Tuny, dio la indicación que se rescatara al náufrago, aunque hubiera pérdida.

Así lo narra el empresario: “Había un hombre tapándose los ojos por la luz y con la manita haciendo así, muy debilitado y traía una perra al lado. Estaba ya sin vela, una tormenta le había tirado ya la vela, se la había llevado, inundó el barco, no tenía comunicación porque se había mojado todo el equipo y en ese momento llamaron al barco, dijeron:¨ ‘Aquí hay un náufrago que hay que salvar’.

“Lo que ocurre es que en el momento que ya queda la autorización dada, ya entonces entra un protocolo y el protocolo es que el capitán del barco, si es extranjero, tiene que comunicarlo a la Embajada, tiene que comunicarlo a Gobernación, a la dirección de Migración, y también tiene que comunicarlo al capitán de puerto del puerto a donde va, que en este caso era Manzanillo, entonces ya rápidamente el protocolo comenzó a funcionar y ya dejaron en la zona de pescar para traer al náufrago.

“Llevo muchos años dedicado a esto, y dije: ‘Ni hablar, primero es una vida, en este mundo hoy que las vidas no valen nada, desde guerras hasta esto, pues si podemos salvar una creo que estamos ayudando mucho’”, detalló.

Cabeza de la foto

Timothy Shaddock y don Antonio Suárez.Foto: Especial
El náufrago conversa con la tripulación, luego de su rescate en alta mar.Foto: Especial

Cuando se encuentra una embarcación en altamar es muy importante verificarla, porque muchas veces hay personas que llevan armas o drogas y si es el caso quien los rescata es el responsable. El piloto Andrés Zamorano fue el encargado de esta revisión.

“Hemos sido instruidos por la Guardia Costera americana y la Guardia Costera mexicana y siempre hacen la observación, por seguridad de uno, si uno aborda una embarcación y llega a tener armas o droga y si tú no preguntaste, pues puedes terminar involucrado en un problema, que es lo que nosotros menos queríamos”, dijo.

Una vez que se verificó que el hombre efectivamente era un náufrago solitario se movilizaron las lanchas rápidas que lleva la embarcación para rescatarlo. Para Tim, llegar a la embarcación grande, para su sorpresa una fiesta.

“Nos llevan a Bella y mí al barco principal, el capitán y la tripulación estaban viendo y de repente, todos estos hombres estaban vitoreando, y sabes, fue un momento increíble, todos estos hombres, hombres muy fuertes, que llevaban mucho tiempo en el mar, casi un mes tratando de completar su carga de pescado y pararon todo para ir por mí y ahora estaban vitoreando”, dijo.

Don Antonio Suarez está feliz con el rescate del náufrago y además, hoy son buenos amigos. Así cuenta él la historia.

“Ahora le voy a contar algo muy bonito de esta historia, efectivamente, para nosotros era una pérdida aparente en ese momento, de cientos de miles de dólares, porque le faltaban 300 toneladas al barco por cargar de atún, que podría tardar unos 15 días. Pero bueno, se arrancó para puerto y ya cuando estaba a un día del puerto, de repente encuentra una mancha grandísima de atún y llenó el barco, por eso llegaron todos con la camiseta de Tuny a la fiesta que se hace cuando se llena el barco”, concluyó.

  • Le pregunté a Tim Shaddock si volvería a vivir una experiencia así, y  la respuesta fue  que no lo haría. Pero esta historia sí le cambió la vida.
“Sí, cambió mi vida, realmente me salvó, los momentos de búsqueda en mi alma, la meditación y estas son cosas que elevan tu espíritu cuando te fuerzan a estas situaciones, nunca lo harías si supieras, pero eres feliz de haberlo hecho”.
“Sólo quiero agradecer a México, a toda la gente, tocaron mi corazón, porque generalmente no entiendo lo que dicen, pero siento su corazón y estoy muy agradecido a Tuny y a sus valientes hombres. Estoy agradecido con don Antonio por tomar la decisión de ir por mí, no es la decisión que tomaría todo mundo, sabes”.