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Streaming, una ley con dedicatoria

BAJO SOSPECHA

Bibiana BelsassoLa Razón de México
Por:

La nueva Ley Federal de Cinematografía y Audiovisual estuvo muy cerca de aprobarse ayer en el Congreso de la Unión.

Mala imposición

La iniciativa busca obligar a las plataformas digitales a adquirir al menos 15% de sus contenidos de producciones mexicanas, no coproducciones.Foto: Especial

En fast track, la iniciativa fue enviada al Senado, primero en las comisiones de Gobernación, Cultura y RTC. Antes de llegar al pleno, ante las reacciones en contra que se registraron, se postergó su votación. El líder del Senado dijo que este proyecto de ley entrará en pausa luego de hablar con productores, cineastas y funcionarios.

Pero la iniciativa sigue viva.

Es para que las salas de cine y las plataformas digitales como Netflix o Amazon Prime estén obligadas a adquirir al menos 15 por ciento de sus contenidos de producciones de origen mexicano. Debe ser contenido cien por ciento mexicano, sin coproducciones.

Suena bien, y supuestamente apoyaría a las producciones mexicanas, pero no todos leyeron la letra chiquita, y la realidad es que, como está redactada, solamente apoyaría los contenidos ya hechos de 20 años a la fecha, y prácticamente en gran medida sólo se beneficiaría a una televisora.

¿Pero qué dice la ley y por qué en realidad afectaría a los cineastas mexicanos y, finalmente, a los consumidores?

Algunos legisladores de la bancada de Morena en el Senado argumentan que es con el fin de promover el cine mexicano a nivel internacional, e impulsar mayor competencia en el mercado.

Pero los especialistas difieren. Advierten que tiene varios problemas que deben abordarse para que sea realmente eficaz en la industria audiovisual actual.

De entrada, la iniciativa afecta a las audiencias, al limitarles la oferta de los productos que desean ver. Lo anterior fomenta la piratería, ya que los usuarios podrían adquirir el contenido deseado en servicios de streaming ilegales.

Y es que los recursos que tienen las plataformas son finitos, y si están obligados a comprar cierto contenido, dejarán de comprar otro contenido más popular. Pero además, en vez de invertir en coproducciones, el recurso se utilizará para comprar contenido ya hecho. Esto limita las posibilidades de inversión extranjera para nuevas producciones hechas en México.

Además, implementar la cuota de 15% de contenido resultará poco probable que cualquier proveedor de streaming pueda cumplirla, dados los miles de títulos en sus catálogos y el número finito de títulos mexicanos.

Los contenidos no serán garantía de contar con calidad, pues se buscarán opciones de bajo presupuesto, que impliquen poca inversión.

A los directores, actores y demás personal involucrado se le pagará poco, debido a que no alcanzará para cubrir todas las aristas: buscar nuevos contenidos y cumplir con la cuota.

La única forma en que podrían cumplir con dicha medida sería reduciendo drásticamente sus catálogos, lo que limitaría el amplio acceso de los espectadores mexicanos al contenido audiovisual.

Es decir, no habrá promoción de cine nuevo. Pues si alguien quiere hacer un documental con Amazon, éste dirá que no puede porque hay que comprar “enlatados”, es decir, series o películas mexicanas viejas para cubrir la cuota.

Los estudios están invirtiendo dinero en México, pero en caso de aprobarse esta nueva ley, ese dinero no lo van a gastar en nuevas producciones, porque estarán obligados a lo mismo, a cubrir el 15 por ciento.

Recordemos que la producción de contenidos audiovisuales en español ha estado históricamente concentrada en Grupo Televisa, el principal productor de contenidos en habla hispana, no sólo en México, sino en el mundo, por lo que sólo ese grupo saldría beneficiado con la aprobación de la ley.

La Asociación de Internet MX explica que la cuota de contenido existente en Europa, de 30 por ciento, no es aplicable para cada uno de los países miembros, sino para todos en su conjunto.

Esa regulación no considera sólo los 27 países de la Unión Europea, sino a los 47 países del Consejo Europeo. Esto hace que el tamaño del mercado sea acorde con la cuota.

Otros países que han sido mencionados en el análisis de la propuesta, como Canadá, Colombia y Uruguay, no cuentan con cuotas de catálogo para servicios de plataformas.

Hasta ahora, sin la obligación de reservar cualquier porcentaje de sus catálogos para contenido nacional, las plataformas digitales han incrementado su inversión en producciones locales como estrategia para aumentar su penetración.

De acuerdo con la información del Instituto Mexicano de Cinematografía (Imcine), de 2018 a 2019, el contenido local en Netflix y Amazon Prime ha aumentado 42% y 68%, respectivamente.

La cuota de contenido nacional propuesta es desproporcionada y no considera la escala de los catálogos de las plataformas digitales y la oferta actual de contenido local en el país. En 2019, Blim, una de las plataformas mexicanas con mayor oferta de contenido local, y Amazon Prime, tenían casi la misma cantidad de películas mexicanas en su catálogo. Sin embargo, estas 231 películas mexicanas representan el 95% del catálogo de Blim y sólo el 5% del catálogo de Amazon Prime.

Entonces, las plataformas tendrían que triplicar su repertorio de películas y series mexicanas en un plazo corto, sin tener certeza sobre la disponibilidad de contenido para incluirlo en su catálogo, por lo que podrían tener la obligación de reducirlo.

Para que una de estas plataformas cumpliese con la cuota propuesta, ésta tendría que incluir alrededor de 750 producciones mexicanas.

Este año, Netflix hizo un anuncio de una inversión en México de 300 millones de dólares para realizar 50 producciones. Este monto tendría que multiplicarse aproximadamente por 15 veces para apenas cubrir la cuota.

Además, especialistas aseguran que es violatoria de diversos compromisos internacionales suscritos por el Estado mexicano en tratados como el T-MEC, así como del Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico (CPTPP por sus siglas en inglés), los artículos III y XI del Acuerdo General sobre Aranceles Aduaneros y Comercio (GATT), sobre la no discriminación contra los productos importados y sobre la prohibición de restricciones cuantitativas, como lo son las cuotas de pantalla.

Asimismo, iría contra las Medidas de Inversión Relacionadas con el Comercio (TRIM) con respecto a las restricciones cuantitativas y prohibiciones a los requisitos de contenido nacional.

Por lo pronto, y de manera muy sensata, esta ley queda en pausa y se analiza con mayor profundidad. Pero la iniciativa sigue viva.