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Harfuch, el súpersecretario

SOBRE LA MARCHA

Carlos Urdiales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

¿Será Omar García Harfuch el director de la orquesta federal de seguridad pública?

La designación más cantada en el próximo gabinete presidencial, sin duda, ocurrió en la Secretaría de Seguridad.

En el contexto de los otros nombramientos, como el de la actual responsable de esa cartera, Rosa Icela Rodríguez, como futura titular de Gobernación; es pertinente revisar los antecedentes del que fuera jefe de la policía en la Ciudad de México y frustrado candidato a suceder a Claudia Sheinbaum en la capital nacional.

Omar García Harfuch cuenta con la confianza plena de la Presidenta electa. Al frente de la Secretaría de Seguridad en la Ciudad de México, Omar García Harfuch, por cierto, el integrante más joven (42 años) del Gobierno que habrá de iniciar el 1 de octubre, entregó buenos resultados durante su gestión, con estadísticas sobre prevención, comisión y persecución de algunos delitos, logró mejorar la percepción social sobre la violencia en buena parte de la CDMX.

Por desempeño, por su vinculación familiar con las Fuerzas Armadas y áreas de seguridad federal, más su evolución profesional al interior de las dependencias policiacas, García Harfuch se perfila como un ministro de gabinete con ascendencia suficiente para articular relaciones de confianza y trabajo con la Secretaría de la Defensa Nacional, que controla la Guardia Nacional, así como con la Marina Armada de México, que maneja aduanas y puertos, entre otras tareas.

La historia da fe de cómo las sucesiones al frente de las Fuerzas Armadas son decisiones que toma el

—en este caso la— Comandante Suprema del Ejército y la Marina, pero siempre respetando un orden íntimo de prelación para los ascensos a las cuatro estrellas arriba del escudo nacional.

Es decir, a los titulares de esas dos carteras vertebrales del Estado, las designará la Presidenta Sheinbaum de entre las opciones que esas instituciones han determinado.

La obediencia de soldados y marinos, por vez primera a una mujer, a su próxima Comandante en Jefe, está garantizada por la lealtad consistente, mostrada a lo largo de casi dos siglos, que los de las armas han prestado a los mandos civiles en turno.

Por lo mismo, el encargo para García Harfuch, con su cercanía a Sheinbaum Pardo como prenda, será la de orquestar estrategias integrales de seguridad y potestad del Estado, hombro con hombro al lado de los secretarios de Defensa y Marina —por anunciar— para que, la legalidad y el orden, prevalezcan por encima de los criminales organizados en el país.

En opinión de Eduardo Guerrero, especialista en temas de seguridad, una arquitectura política así, sería una buena noticia. Haría creer que, por fin, el Gobierno federal atenderá la trágica situación de inseguridad y violencia que AMLO niega, con más técnica que prédica, con operativos profesionales y no con llamados a misa para que los matones se comporten so pena que sus abuelitas los reprendan. Ojalá.