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El desierto de lo real

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El futbol es una de las industrias deportivas más importantes en el planeta. Por el alcance que tiene y las cifras de miles de millones que genera, el futbol está obligado a una constante evolución. Estos cambios llegan desde las reglas que se modifican en beneficio del espectáculo, la tecnología, la inclusión del VAR y ahora balones que cuentan con chips inteligentes. El marketing, la ideología, el sentido de identidad, todo se mueve, excepto, en nuestra Federación Mexicana y Liga MX.

La reciente eliminación en fase de grupos de la Copa América nuevamente desató la locura en los medios, redes sociales, tribunas y ánimo de la afición que desde hace varios años sigue en retroceso en cuanto a expectativa se refiere cuando se habla de la selección.

Curiosamente desde mi punto de vista, quedar eliminados en esta Copa América está lejos de otros grandes ridículos que ha hecho nuestro futbol en los últimos tiempos. Quedar fuera de Juegos Olímpicos, tener que jugar repechaje para clasificar a un Mundial en nuestra zona Concacaf, participar con equipos alternos en las competencias de clubes internacionales, ir con juveniles a Copa América en el pasado, seguir bajo el yugo de los que nos prohíben ir a Libertadores y miles de otras situaciones que realmente son de vergüenza.

Caer con Venezuela no es la peor humillación de la selección mexicana. El cuadro sudamericano es de los representativos de Conmebol que más ha crecido. Sus seleccionados juegan fuera de su país y arañan la clasificación al Mundial de Estados Unidos 2026; pero antes de esta notable mejoría, el futbol venezolano se encontraba en llamas, totalmente dividido y priorizando los negocios y ambiciones de unos pocos.

Qué tiempos aquellos, finales de los noventa, en donde le vendían los cupos al futbol mexicano para clasificarse a Copa Libertadores, esto, en una asociación entre Conmebol y la Federación Venezolana de Futbol, que aceptaba disputar la famosa Pre-Libertadores, con una compensación económica. Sólo falta mirar la estadística de las veces que México logró llegar al menos a semifinales en Copa América desde 1993 a 2007, cuando se tomó con total seriedad la competencia: fueron 5 semifinales de7 torneos, y en otras dos en cuartos.

Hoy las realidades del futbol en cada país son opuestas. Hoy nuestro futbol es el que está dividido en dos o tres grupos poderosos que cada uno ve por sus intereses y no existe la mínima intención real de que esto cambie de raíz, porque lo que sucede con la selección mexicana, el 10% de las problemáticas y carencias del futbol mexicano. Si se va o no Jaime Lozano es lo que menos importa y lo que menos trascenderá en este ciclo de escasos resultados; pero no importa, la gran fiesta que venderán los dueños del balón alrededor de los 13 juegos mundialistas, hará que todo se olvide al menos los próximos dos años. En Venezuela hoy la afición tiene como grito de guerra “mano, tengo fe”, con el sueño intacto de que lograrán llegar al Mundial por primera vez. Hoy en México la fe está muerta, esa es, nuestra dura realidad.