a

ARQUETIPO FUTBOL

Final adelantada

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Probablemente para muchos ojos de aficionados ajenos a Pumas y Cruz Azul, el duelo entre ambos equipos capitalinos aún no puede ser considerado un clásico; pero independientemente de las etiquetas oficiales o mediáticas, este enfrentamiento con una historia bastante amplia, siempre que se da en fases finales rara vez suele decepcionar. En esta ocasión, felinos y cementeros se han cruzado en la antesala de una final internacional, la posibilidad de conquistar Concacaf.

Además del incentivo de ser el mejor equipo de la zona, de jugar el Mundial de Clubes, desde la semana pasada, cada partido es la posibilidad de ganarse un puesto para integrar la lista final que viajará a Qatar. Todos sabemos que este último punto, va más sobre la ilusión o el sueño que siempre deberá ser latente en la mente de los jugadores; porque la realidad indica que la lista definitiva tendrá pocas novedades, a menos que Gerardo Martino nos sorprenda a todos.

Un claro ejemplo el gran duelo entre Alan Mozo y Uriel Antuna. El primero, considerado por muchos como el mejor lateral del futbol mexicano (al menos cuando sube al ataque), parece no convencer al Tata, quien apareció en el palomar observando el juego en vivo y a todo color. Mientras que el jugador de Cruz Azul tiene pinta que se colará en la lista definitiva gracias al segundo aire que tomó con La Máquina.

Por todo lo anterior, el juego desde un inicio mantuvo un buen ritmo. Pocas llegadas claras durante los primeros treinta minutos, que incluyó primero un gol bien anulado a Cruz Azul y una jugada de gol para Pumas que la defensa salvó en la línea tras un “oso” gigante de Sebastián Jurado, quien se ha mostrado por momentos inseguro en estos duelos como titular por la lesión de Jesús Corona; pero el efecto Mozo apareció nuevamente y con dos centros preciosos y precisos, Juan Dinenno marcó dos goles que enloquecieron en un lapso de 10 minutos a toda Ciudad Universitaria que lució pletórica. De esa forma Mozo festejaba su cumpleaños, al mismo tiempo que trató futbolísticamente de llamar la atención del seleccionador nacional.

Para el segundo tiempo La Máquina trató de generar peligro con trazos largos y buscando en buena medida la velocidad de Uriel Antuna; pero la defensa comandada por Nicolás Freire y Arturo Ortiz (quien también tuvo un partidazo en defensa), secaron todas las llegadas del Cruz Azul. Así transcurrió el tiempo bajo los análisis silenciosos de Gerardo Martino, que sólo Dios sabe si habrá tomado notas distintas a las de los últimos 4 años, y en una jugada que Mozo perdió en un mano a mano, vino el gol del Cruz Azul que lo metió en la eliminatoria.

El duelo de vuelta será la próxima semana en el Estadio Azteca en lo que será una auténtica final, porque Pumas y Cruz Azul han confirmado nuevamente que clásico o no, es un duelo en el que siempre existe caos, goles, polémicas y claro, emociones de todo tipo, algo que los aficionados de ambos equipos siempre agradecen y muchas veces también sufren. El ganador representará a México en la final de Concacaf y los jugadores nacionales tendrán una vitrina muy importante para convencer a Gerardo Martino y colarse en esa lista.