a

Daniel Alonso

O´Rei

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El cuerpo de Edson Arantes Do Nascimento ya descansa en el Memorial Necrópoli Ecuménica, lugar que será su morada para la eternidad.

Desde este 2023 la historia del futbol se escribirá sin la mirada ni la voz del exponente más grande que este deporte ha tenido. Como si estuviera escrito, el astro brasileño aún se tomó un respiro para disfrutar de su último Mundial. Sin importar la rivalidad que existe felicitó a toda la Argentina como el caballero que siempre fue.

Desde que el mundo se enteró que Pelé se encontraba hospitalizado en condición grave mientras transcurría la Copa del Mundo en Qatar 2022, las miradas también volteaban a Brasil, en donde el Rey yacía convaleciente. Su familia se reunió con él con el miedo de saber que serían los últimos momentos.

No tengo la menor duda que Pelé sabía cuando llegaría el momento, se tomó el tiempo necesario para despedirse de la misma manera que se tomó una pausa para convertir el gol que lo impulsaría a ser el mito viviente, el hombre que hizo mil goles.

Aquella anotación fue mediante la vía de un penal; sin lo estético de un gol de chilena o una jugada de fantasía, pero fue perfecto porque le permitió a todo el estadio estar listo para gritar el gol más simbólico del astro brasileño. Así fue también su despedida.

El manejo del tiempo y espacio dentro y fuera de la cancha de futbol fue parte de la grandeza de su futbol. Adentro era un orquestador y al mismo tiempo ejecutaba de manera perfecta todas las decisiones que tomaba segundos antes de tener la pelota.

Fuera de la cancha se convirtió en el embajador del futbol y siempre fue bienvenido en cada rincón del planeta. Un adelantado también a su época en ese sentido, ya que el manejo de su imagen siempre fue perfecto. Muchos jefes de Estado deberían analizar con detalle como Pelé siempre se manejó.

Múltiples homenajes se realizaron en todo el mundo y durante el funeral, el presidente de la FIFA, Gianni Infantino, hizo saber que propondrá a todas las federaciones del mundo que tengan un estadio con el nombre de Pelé; pero el propio Edson Arantes no era partidario de los grandes homenajes, incluso, el deseo en vida del brasileño era que el mítico número 10 nunca sea retirado. Así que el mejor homenaje que puede hacer la FIFA para honrar al mejor futbolista de todos los tiempos es absorber y predicar con el ejemplo los valores, la sencillez, la honestidad y el compromiso genuino que tuvo Pelé con el futbol durante su carrera entera.

Ayer fue la última vuelta olímpica de Pelé en este plano. Ahora ya descansa en paz y con la satisfacción de no deberle nada al futbol, están a paces. Su leyenda ahora será eterna y acompañará por siempre a la pelota que tanto lo hizo feliz desde que era un niño.

Pelé y futbol ahora son sinónimos. La historia del balompié se ilustra ya con las fotografías de un niño de 17 años que rompía en llanto por la emoción de haber cumplido la promesa a su padre en 1950. Las postales de la mágica sonrisa de Pelé en brazos de Jarzinho celebrando un gol del mejor equipo que jamás haya existido y del cual, el Estadio Azteca fue testigo.

Gracias por hacer mágico este deporte, por regalarle a México momentos históricos. Gracias por todo eterno Rey del futbol.