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Daniel Alonso

Relaciones tóxicas

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
Por:

Terminó la segunda etapa de Miguel Herrera como técnico del América y el sentimiento azulcrema se percibe como una neblina espesa. Es difícil determinar si es de alivio, porque el proyecto con Herrera ya no caminaba; o si más bien es un sentimiento de nostalgia porque para muchos aficionados, El Piojo era el técnico ideal para el América y se creía en su continuidad con el club durante mucho tiempo.

Apenas en junio pasado, el ahora exentrenador del América había firmado su renovación con los de Coapa hasta 2024, “quiero ser el Ferguson del América” decía un emocionado Herrera por su continuidad con el club. Pero el futbol es un guion en blanco e historias como la de Sir Alex Ferguson se cuentan con una mano y son fruto de una relación laboral sólida en cada uno de los aspectos que se necesita.

El hilo siempre se rompe por lo más delgado; y fue el tema de manejo emocional, en donde Miguel no cumplió con los estándares que demanda uno de los equipos más importantes del futbol mexicano. Nuevamente fue un tema extra cancha la gota que derramó el vaso y lo que hace apenas seis meses era un contrato por cuatro años se transformó en una separación laboral por despido. Ya era casi imposible que nuevamente la cúpula directiva le perdonara otro desliz a Miguel, por más estima que se le tenga.

¿Qué excusa podría argumentar Miguel Herrera tras el ridículo que nuevamente hizo por un calentón futbolero? Si bien, el resultado ante Chivas en la pasada liguilla y la derrota ante Los Ángeles de Crack-litos Vela, eran deportivamente golpes duros para el trabajo del Piojo, tampoco eran en sí, motivos para terminar con el contrato de Herrera; pero fue nuevamente las pulsiones incontrolables de Miguel lo que lo exhibió. Ya le costó jugar un mundial, también dejar el puesto como director técnico de la Selección Mexicana y ahora, salir por la puerta de atrás del equipo del que aprendió a enamorarse y con quien explotó como entrenador.

Trabajo no le faltará y ojalá, como el propio Herrera ha expuesto, consiga un lugar en el futbol europeo o con una buena selección nacional para buscar dirigir en el próximo mundial; o en una de ésas termina aventándose el reto de dirigir a Cruz Azul. No importa en donde esté, seguramente El Piojo seguirá dando nota, por su talento como estratega, pero también por la ira que muchas veces domina todo su ser.

Ahora el América ha quedado huérfano en la dirección técnica, y uno de los nombres que suena es el de Antonio Mohamed. Ya veremos si se da el ya mencionado “trueque” entre águilas y cementeros y vemos a Siboldi como americanista y al Piojo como cruzazulino. El tiempo corre y cada vez falta menos para el inicio de la pretemporada y así conocer quienes serán los elegidos.

Por ahora América y Miguel Herrera deberán seguir sus caminos separados y probablemente se extrañen mutuamente durante algún tiempo. Luego habrán superado el trauma de la ruptura, y todo será buenos recuerdos y muy probablemente la historia de estos dos tenga un tercer y último capítulo; porque bien dicen que en donde hubo fuego...