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Daniel Alonso

La Xavineta

ARQUETIPO FUTBOL

Daniel Alonso
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El 8 de agosto del año pasado la pesadilla del Barcelona entraba en su auge. Aquel día, Lionel Messi se despedía del club catalán después de 17 temporadas. Perder a su máximo ídolo se sumaba a varios fracasos en Champions League. 

La partida de La Pulga se sumó también a las finanzas en quiebra, motivo principal por el cual Joan Laporta, presidente del club español, justificó las razones para no renovar al astro argentino.

Así transcurrió el semestre pasado, el Barcelona sin Messi parecía caer en un hueco sin fondo, eliminado de la Champions, séptimo en Liga, Dembélé sin renovar (un golpe más a la crisis económica del club) y su director técnico, Ronald Koeman, leyenda del club, parecía más ya un problema que una solución. Entonces llegó el momento de fichar como entrenador a Xavi Hernández, exjugador que fue clave en la época dorada del club. El barcelonismo completo veía en él, la última oportunidad de recomponer el presente y sembrar el futuro.

Entonces se comenzó a hablar del “efecto Xavi” desde el lado culé, y desde la óptica del Real Madrid se utilizó el término “La Xavineta”, en tono de burla porque el director técnico del club catalán era visto casi como un mesías y la lluvia de memes de un autobús con Xavi de chofer cuando llegaba un tropiezo del Barça era obligado.

El domingo pasado Xavi vivió su primer clásico como entrenador y la expectativa era altísima. El Madrid llegaba motivado por la remontada ante el PSG y el Barcelona en plenitud con el buen paso en liga y Europa League. El resultado fue un aplastante 0-4 del Barça al Real Madrid; humillación, baile, fiesta total para los de Cataluña y la consagración de Xavi como entrenador del primer equipo del Barcelona. El español venció tácticamente al italiano en el tablero de ajedrez.

Es cierto que la baja de Benzema condicionó el 11 titular de los blancos, pero el primer error de Ancelo-tti fue colocar a Modric como centro delantero; el segundo fue retar la presión alta con la que Barça salió a recuperar el balón, como en aquellos tiempos de Guardiola, gran acierto de Xavi. Otro detalle que se le tiene que reconocer al entrenador de Tarrasa es la recuperación futbolística y anímica de Dembélé. El propio Xavi desafío a su directiva quien quería mandar a la grada al jugador francés y decidió que mientras Dembélé porte la camiseta azulgrana, tendría las mismas opciones que cualquier otro, y el domingo en el Bernabéu fue uno de los mejores.

El superclásico español ha sido una goleada histórica, han sido tres puntos clave para amarrar Champions la próxima temporada, es la consagración del proyecto de Xavi y la ilusión de un futuro para el Barça; pero más allá de todo lo anterior, es la sanación mental y emocional de la pérdida del máximo ídolo, es la superación del dolor, de las formas y el momento desolador de aquel adiós. Porque durante los 90 minutos del domingo pasado en Madrid, finalmente el barcelonismo desde aquel 8 de agosto olvidó el nombre de Lionel Messi, finalmente el duelo ha sido superado.