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David E. León Romero

Por nuestros bosques

JUSTA MEDIANÍA

David E. León Romero
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Con base en cifras de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), son 2 mil millones de personas que dependen de la leña de los bosques para cocinar sus alimentos y elevar la temperatura de sus viviendas. Son los bosques fuente importante de medios de vida para millones de personas. Son uno de los elementos más valiosos para contrarrestar el cambio climático, favoreciendo la calidad del aire, el suelo y el agua.

La deforestación que México y el mundo sufren, debe ser un llamado a la acción de todos los actores relevantes para contrarrestarla mediante programas, planes y políticas públicas que incentiven el cuidado y la gestión sostenible de nuestros bosques. Anualmente el mundo pierde una cifra aproximada a 10 millones de hectáreas a causa del cambio de la deforestación de los bosques, la tala, las plagas y los incendios forestales, acciones que activan una espiral de deterioro que alimenta e incentiva el calentamiento global.

Especialistas sostienen que estamos frente a la última llamada para contrarrestar la crisis que nos aqueja. Reforestar las superficies impactadas permitiría lograr varios objetivos derivados de una sola acción; es decir, contribuir al cuidado del medio ambiente, privilegiar a los grupos sociales más desprotegidos, generar una gran cantidad de empleos relacionados, rehabilitar cuencas, y preservar la flora y la fauna.

Somos uno de los 12 países megadiversos y ello está en riesgo. La industria ganadera es uno de los actores que mayor responsabilidad tienen y mayor número de acciones podrían emprender en pro de los bosques. Las zonas que registran una mayor afectación son los estados de Chiapas, Jalisco, Michoacán y los que integran la Península de Yucatán. Las actividades de crianza y pastoreo de ganado han provocado la degradación de una cantidad de hectáreas de suelo forestal. Detrás de la industria ganadera, afectaciones de gran magnitud son provocadas por las actividades agrícolas, talando bosques para generar cultivos principalmente de caña, palma de aceite, aguacate y soya.

Nuestros bosques no son un elemento ajeno, lejano y abstracto; son uno de los pilares de nuestra vida y bienestar. Nos proveen vida, que se desglosa en agua, alimentos, equilibrio, medicinas, combustible y absorben los contaminantes que tanto afectan nuestra atmósfera y, por ende, nuestra salud.

México debe fortalecer las medidas para el cuidado de nuestros bosques. Es la Comisión Nacional Forestal una de las instituciones clave del Estado mexicano encargada de su preservación; mujeres y hombres que dedican su vida en pro de nuestros ecosistemas. El Gobierno de México ha apostado de manera importante por una política social que fomente el bienestar de las familias que menos tienen, esfuerzo que aunado a los programas de reforestación y a la aplicación de la ley a todos aquellos que atenten contra los bosques mediante los incendios forestales, los cambios de uso de suelo y la tala clandestina, deberán reflejar resultados en el mediano plazo.