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Discurso y realidad

DESDE LAS CLOACAS

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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E l discurso es una cosa; los hechos, los miedos, las preocupaciones y la angustia, son otra. Esto, me cuentan, pasa al interior del Consejo General del INE.

Mientras en el discurso los integrantes del árbitro electoral han cerrado filas y confían en que la Suprema Corte de Justicia de la Nación y los tribunales de amparo, primero suspendan y luego echen para atrás el famoso Plan B de la Reforma Electoral, algunos miembros de la “herradura de la democracia” no se confían de que el máximo tribunal falle en favor de preservar el Estado de derecho. 

La semana pasada el consejero presidente del INE, Lorenzo Córdova, adelantó hasta los plazos fatales.

“La fecha fatal es el 2 de junio, si el 2 de junio no están o validadas por los tribunales y en plena vigencia las normas del Plan B, vamos a ir a las elecciones del 24 con las reglas que hasta ahora le han permitido paz pública, estabilidad democrática, elecciones ciertas y confiables a nuestro país. El 2 de junio es la fecha de los 90 días previos al arranque del proceso electoral”, dijo en una conferencia.

Durante las preguntas y respuestas, las y los consejeros sostuvieron lo que va a pasar primero antes de entrar al fondo de las inconstitucionalidades.

“Vamos a pedir suspensiones para todo, todas las normas que son inconstitucionales, queremos que la Corte en tanto resuelva el fondo, deben de suspenderse… confío en que la corte, los tribunales y los jueces de amparo, emitirán suspensiones frente a lo que clara y abiertamente es un abuso y una violación de la Constitución”, aseguró el presidente del INE, quien además vive sus últimas semanas al frente de la institución.

Sin embargo, en corto, me cuentan que varios de los integrantes del Consejo General se dicen preocupados por las últimas determinaciones de la Suprema, por las inclinaciones políticas de algunos de sus integrantes y por los asuntos que en los últimos años han tenido que resolver, dada la cada vez mayor politización a la que están, desde el poder, exponiendo al máximo tribunal.

En realidad, aunque en el discurso se muestren seguros, en los hechos hay temor de que el Plan B avance más allá del plazo del 2 de junio y entonces venga lo que han adelantado también desde el INE: el “destazamiento” del sistema electoral tal como lo conocemos, la disolución de las jornadas electorales ciudadanas y, por ende, los conflictos poselectorales, que lleven al fin de la paz social tras los comicios.

La lluvia de controversias será aderezada con dos acciones del INE esta misma semana. Y ahí les van a echar su bendición para que Dios nos agarre confesados. “El autoritarismo tiene prisa”, acertó a advertir Lorenzo Córdova.

En el baúl. A nivel nacional, el PRD se ha quedado como chinito “nomás milando” en los acuerdos de la alianza entre PAN y PRI para las elecciones de este año. El tricolor elige este 2023 y los azules llevan mano en el 2024, mientras que el PRD ¡bien, gracias! Este humillante papel que le va a tocar jugar al sol azteca, parece meramente contemplativo, pero, pero, peeeeero, me cuentan que van a aplicar una más: la de operar votos para Acción Nacional —como ya sucede en algunas alcaldías de la capital del país— donde la estructura perredista se ha puesto a disposición de los pitufos. ¿Qué otra le queda?

Basta por hoy, pero el próximo lunes… regresaréeeeeeeee!!!