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Murillo-Rosario, ¿una coincidencia distractora?

PULSO POLÍTICO

*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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La aprehensión de Jesús Murillo Karam, extitular de la extinta PGR, acusado de los delitos de “desaparición forzada, tortura y contra la administración de la justicia”, a unas horas de que Rosario Robles, exsecretaria de Sedesol y Sedatu, fuera liberada después de tres años de permanecer injustamente presa, en una coincidente acción que originó suspicacias de que sea otro enésimo intento gubernamental de distracción, ante los reiterados reclamos de Estados Unidos por la violencia que prevalece en México y las recomendaciones a sus ciudadanos a no viajar a la mayoría de las entidades del país.

Además, en la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa están involucrados directa e indirectamente mandos federales y estatales de las secretarías de la Defensa Nacional y Marina, autoridades de Iguala y cuerpos policiacos de ese lugar que durante la noche del viernes 26 y la madrugada del sábado 27 de septiembre del 2014 estuvieron a cargo de la seguridad en ese municipio, a los que decenas de ellos se les giraron y cumplimentaron órdenes de aprehensión.

DE ESTO Y DE AQUELLO…

En una prolongada audiencia la mañana del sábado, en el Reclusorio Norte, al que fue trasladado Murillo Karam, la fiscal del caso Iguala, Lidia Bustamante, reveló que, convertido en “testigo colaborador”, Bernardo Cano, secretario particular del extitular de la Agencia de Investigación Criminal, Tomás Zerón, dijo que a una reunión asistió el secretario de Seguridad de la CDMX, Omar García Harfuch, entonces comisario de la Policía Federal en Guerrero.

Según esa declaración de Cano, en ese encuentro se urdió la “verdad histórica” del caso que concluyó en lo mismo que informó el jueves pasado Alejandro Encinas, subsecretario de Gobernación: que los 43 normalistas fueron ejecutados por un grupo criminal al confundirlos como integrantes de otro, rival, les dieron muerte y después los quemaron, en lo que calificó “crimen de Estado”.

Menos de 24 horas después, Murillo Karam fue aprehendido por marinos al salir de su casa y llevado al Reclusorio Norte en donde al día siguiente, luego de una audiencia de más de 12 horas, se le declaró “prisión preventiva justificada”, hasta que se realice una segunda audiencia.

Al sorpresivo arresto del político hidalguense siguió horas después la liberación de Rosario Robles, por la que tanto batalló para lograrla, acusada de un delito cuyo proceso pudo enfrentar en libertad, al estar arbitrariamente presa tres años, cumplidos el pasado sábado 13 de este mes y del que reiteradamente ha sostenido que es inocente, lo que pareció un intento distractor más, ante reclamos estadounidenses cada vez más severos por una violencia que lo rebasa todo.

En pie de guerra, disidentes de Morena que buscan acabar con tantos “cochineros” en su partido.