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Gabriel Morales Sod

La guerra llega a Moscú

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El ataque de una decena de drones, de los cuales por lo menos dos impactaron, contra edificios civiles en Moscú, marca un parteaguas en la guerra entre Rusia y Ucrania. El bombardeo es parte de una serie de ataques en las últimas semanas hacia objetivos en territorio ruso, incluidos una breve operación de unidades paramilitares ucranianas en el suroeste de Rusia y el ataque con drones al Kremlin hace un par de semanas.

Aunque los ataques no dejaron mayores daños parecen haber conseguido su objetivo: aterrorizar a la población rusa y dañar la narrativa del Kremlin, que sugiere que la guerra es sólo una operación espacial y que Rusia tiene la capacidad de salir vencedora. No se sabe con certeza quiénes condujeron los distintos ataques. En los últimos meses, varios grupos paramilitares, independientes, aunque vinculados con las Fuerzas Armadas ucranianas, han tomado la iniciativa de atacar blancos dentro de Rusia. El Departamento de Defensa ucraniano ha negado estar detrás de los ataques; sin embargo, parece improbable que no tuviera conocimiento previo de las operaciones. Aunque algunos reportes indican que grupos de rebeldes rusos o incluso el propio Putin pudieron haber orquestado el ataque al Kremlin; el segundo ataque y el enojo que han causado estos bombardeos en Rusia apuntan a que fueron iniciativa de fuerzas paramilitares ucranianas.

Por más de un año, y después de que Rusia hábilmente lograra detener los efectos de las sanciones occidentales, la vida en Moscú siguió como antes de la guerra. Para la mayoría de los rusos la guerra era un fenómeno alejado. No obstante, dos factores han comenzado a afectar a la opinión pública rusa: los ataques a Moscú y la enorme pérdida de vidas humanas en la batalla por Bajmut, una ciudad sin mayor importancia estratégica símbolo de la guerra, por ser el lugar de la batalla más sangrienta. Según reportes del Pentágono, se calcula que más de cien mil rusos han muerto en los últimos cinco meses de la guerra. En total se calcula que 230 mil rusos y 170 mil ucranianos han perdido la vida desde el comienzo de la invasión. Los muertos rusos de los últimos meses provienen del último esfuerzo de reclutamiento masivo; hombres poco preparados para la guerra que se han convertido en carne de cañón del ejército y grupos paramilitares.

A diferencia de los primeros miles de muertos, soldados y presos, este último grupo son civiles que fueron forzados al campo de batalla. El golpe psicológico de los ataques en Moscú y el dolor de miles de familias que han perdido a sus seres queridos parecen estar influyendo a la opinión pública rusa. Según un análisis de Filterlabs, que utiliza inteligencia artificial para analizar chats, noticias y blogs rusos, el descontento entre la población parece estar creciendo. Es difícil confiar en las encuestas de opinión pública en Rusia, pues temerosos de las consecuencias es probable que los rusos mientan en sus respuestas. El análisis de Filterlabs presenta una alternativa a las encuestas de opinión. Por primera vez, desde que inició la guerra, aumenta la presión a Putin desde las calles de Rusia.