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Gabriel Morales Sod

La nueva víctima del software Pegasus

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod 
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Fue como un boomerang de enorme fuerza. Esta semana el periódico Calcalist reveló que la policía israelí utilizó el software Pegasus, de la empresa israelí NSO, para espiar a activistas y a funcionarios públicos, y, según el periódico, incluso hasta al hijo del ex primer ministro Netanyahu.

Uno tras otro se han revelado los esquemas de espionaje estatal que se utilizaron por todo el planeta, desde Marruecos hasta México, para espiar a activistas, periodistas y opositores políticos. En el último escándalo se reveló que el FBI adquirió un software de la misma empresa que le permite espiar los teléfonos de ciudadanos estadounidenses –algo que el diseño de Pegasus no le permitía hacer—. Si la agencia utilizó el software, esto implicaría una violación elemental a la Constitución de EU.

En Israel, el asunto no parece menos serio. Según el Calcalist, la policía ocupó este método de espionaje para intervenir teléfonos de personas no sospechosas, para ver si pescaban algo. Una clara violación a la ley. En uno de los casos la policía espió el celular de uno de los activistas centrales en las protestas contra Netanyahu. La policía descubrió que, el activista, estaba casado con una mujer, tenía encuentros sexuales con hombres, y retuvo la información en caso de que la tuviera que usar en su contra.

Esta semana el Calcalist reveló los nombres de 40 personas, entre ellos uno de los testigos de Estado en el juicio de Netanyahu, a las que la policía espió. En respuesta, la policía confirmó la compra del software, pero negó las acusaciones en su contra, diciendo que sólo tres de los casos eran verdaderos.

La compañía NSO creció al amparo del gobierno israelí. La venta de un arma cibernética tan poderosa, tal vez la más poderosa del mercado, tuvo siempre que pasar por el visto bueno del ministerio de seguridad. Los intereses de NSO se compaginaron con los del Estado israelí y fue así como la compañía se extendió por todo el globo. Parece hasta natural que los mismos que apoyaron la expansión de la compañía en el extranjero, decidieron utilizar el software en contra de su propia población en una guerra de todos contra todos. Quedan muchas preguntas por resolver; sin embargo, parece poco probable que la policía haya adquirido Pegasus sin el visto bueno si no del primer ministro, por lo menos del ministro de seguridad.