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Gabriel Morales Sod

¿Qué está pasando en Sudán?

VOCES DE LEVANTE Y OCCIDENTE

Gabriel Morales Sod
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Esta semana se desató un enfrentamiento armado por el poder en Sudán entre el ejército sudanés y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), un grupo paramilitar. Los enfrentamientos que se han expandido hacia otras regiones han dejado ya centenas de muertos, y podrían convertirse en un conflicto regional, desatando una nueva guerra en este país azotado por años de violencia.

En 2019, una revolución civil y pacífica terminó por derrocar al dictador sudanés Omar-al Bashir que estuvo 30 años en el poder, y prometió el inicio de la transición democrática y un gobierno civil. Sin embargo, tan sólo dos meses después, el ejército, en alianza con las FAR, derrocó al gobierno civil y ambas facciones se consagraron en el poder.

Al-Bashir, como suele suceder en regímenes dictatoriales, después de una década en el poder, comenzó a temer que líderes militares intentaran derrocarlo. Para tratar de controlar al ejército hizo dos cosas: en primer lugar se encargó de debilitar a la institución y, en segundo, de formar fuerzas paramilitares independientes a las que podría utilizar en contra del ejército y viceversa. Las FAR, en particular, se convirtieron en el grupo paramilitar predilecto del dictador, y fueron una pieza central en la represión a la rebelión de un grupo armado local en la provincia de Darfur en 2003 que dejó cientos de miles de muertos. El líder de las FAR se enriqueció rápidamente, obteniendo el control de minas de oro y dinero de Emiratos Árabes Unidos, que le pagaron para mandar grupos de mercenarios sudaneses a la guerra civil en Yemen.

Cuando Al-Bashir cayó se esperaba un enfrentamiento armado entre las FAR y el ejército; sin embargo, éstos llegaron a un acuerdo que se sostuvo por cuatro años, hasta esta semana. Durante estos años, de la mano de diplomáticos occidentales, las dos facciones trataron de llegar a un acuerdo de paz en el que ambas fuerzas se mezclarían en una sola. A pesar de que, según grupos de defensores de derechos humanos, ambos grupos asesinaron a más de cien civiles en 2019 para poner fin a la revolución civil, los diplomáticos occidentales decidieron ignorar lo sucedido y tratar de avanzar un acuerdo entre las dos facciones, dándoles legitimidad y recursos. Mientras las negociaciones continuaban, ambos grupos se preparaban a escondidas para la guerra. Es difícil pensar que cualquiera de éstos regrese a la mesa de las negociaciones en los próximos días, pues cada uno ve este conflicto como de suma cero, una lucha por el poder absoluto en Sudán. La nación, que busca redefinirse después de años de una de las dictaduras más crueles de África, está ahora secuestrada por grupos violentos.