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Guillermo Hurtado

El nuevo modelo de la educación media superior

TEATRO DE SOMBRAS

Guillermo Hurtado
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

En una conferencia de prensa ofrecida el viernes pasado, el subsecretario de Educación Media Superior, el Dr. Juan Pablo Arroyo, presentó el nuevo marco curricular, de lo que coloquialmente se conoce como la preparatoria o el bachillerato.

Comparada con la presentación del marco curricular de la educación básica, realizada el 17 de agosto y a la que asistieron la secretaria del ramo, la Mtra. Delfina Gómez, la próxima secretaria, la Mtra. Leticia Ramírez, e incluso la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, la Dra. Claudia Sheinbaum, la conferencia de prensa del Dr. Arroyo fue un evento modesto, que casi pasó desapercibido en los medios de comunicación.

Es triste reconocerlo, pero no debe extrañarnos que al grueso de los mexicanos les importe poco el nuevo modelo de la educación media superior. En nuestro país, el promedio de escolaridad es de 9.7 años, lo que equivale a un poco más que la secundaria cumplida.

A la oposición tampoco parece importarle gran cosa lo que suceda en ese nivel educativo. Nuestra oposición se inquieta más por los detalles más nimios de la Reforma Eléctrica que por la reforma entera del sistema educativo nacional.

La educación media superior sufrirá un cambio muy grande. Podría decirse, sin exagerar, que el nuevo bachillerato, que comenzará en el ciclo 2023-2024, será casi irreconocible: las asignaturas, los métodos y los enfoques serán muy diferentes. No exagero. Examine usted, estimado lector, los documentos oficiales que han sido dados a conocer.

Preocupa que el proceso de mudanza de modelo que se llevará a cabo en el bachillerato será más endeble del que se realizará en la primaria y la secundaria, dado que no habrá pilotaje. Me explico. Antes de que el nuevo modelo de la primaria y la secundaria comience en el ciclo 2023-2024, durante el ciclo lectivo 2022-2023 habrá cientos de escuelas piloto en donde se examinará la implantación del modelo, lo que permitirá ajustarlo y, de ser necesario, corregirlo. Por desgracia, en el bachillerato no habrá un pilotaje equivalente, por lo que los docentes tendrán que poner en práctica el modelo sin contar con experiencias previas de su funcionamiento dentro del aula. La primera evaluación del nuevo modelo, afirmó el Dr. Arroyo, se hará hasta que haya concluido el ciclo escolar 2023-2024. Esto significa que los alumnos de ese ciclo escolar serán los conejillos de indias.

El Dr. Arroyo añadió que para que los docentes del subsistema se familiaricen con el nuevo modelo, se impartirán cursos de capacitación a lo largo de este ciclo 2022-2023. Lo que no explicó el Dr. Arroyo fue cómo se llevarán a cabo aquellos cursos dado que, como él mismo admitió, no hay suficientes profesores que dominen el modelo. ¿Quiénes capacitarán entonces a los docentes? Tal parece que la improvisación será la marca de la Reforma Educativa en el bachillerato.