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Hector Badillo

La inseguridad alienta mensajes de odio

DESDE EUROPA

Hector Badillo
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El reciente asesinato de una mujer de 61 años en el centro de Madrid, tras un robo, desató mensajes de odio en contra de los inmigrantes que habitan la zona y el debate sobre el aumento de la inseguridad en el barrio madrileño.

A manos de un cobarde, Conchi, dueña de una tienda de ropa en la plaza de Tirso de Molina, murió acuchillada a plena luz del día. Este espacio donde conviven vecinos, inmigrantes, indigentes y millonarios se encuentra a la entrada de Lavapiés, una zona reconocida por los madrileños como conflictiva dentro del centro de la capital española.

A pesar de que no es posible recopilar datos sobre el aumento en la inseguridad respecto a otros años, es indudable que los robos han aumentado y también los que se cometen con mayor violencia. La muerte de Conchi es una muestra de ese incremento de la inseguridad en ese punto de Madrid que, aunque esté lleno de cámaras de seguridad y se destinan 4 de las 10 unidades policiacas que vigilan el centro de la capital, no ha sido posible frenarla.

Hay un problema grave en Lavapiés y sus alrededores con asaltantes conocidos de la zona, que se mantienen impunes, y reincidentes de atracos a habitantes y turistas. No es difícil ver cómo un asaltante roba a un despistado en estas calles donde la población inmigrante se observa en todos lados.

La muerte de Conchi no sólo desató las alertas de la inseguridad en el centro de Madrid, también hubo una oleada de mensajes de odio orquestados desde la ultraderecha española en contra de los inmigrantes.

Santiago Abascal, presidente del partido ultraconservador Vox, fue uno de esos personajes que publicó mensajes de odio y que se aprovechó de este lamentable crimen para lanzar ataques políticos en medio de la campaña electoral que comenzó este fin de semana.

En su mensaje en Twitter se podía leer lo siguiente: “Ni Sánchez ni su vicepresidenta se acordarán de esta mujer. No habrá minutos de silencio, ni portadas, ni programas especiales… Sólo Vox se acuerda que hay españoles que están sufriendo el disparate migratorio avalado por todos los partidos”.

El presidente de Vox daba por hecho que el asesino de Conchi había sido un inmigrante. Incluso un medio cercano a Vox afirmaba que el presunto culpable era de origen magrebí, una noticia que poco después se supo que era falsa, ya que las autoridades detuvieron a los dos presuntos culpables, un español, de 58 años, y a su cómplice, una española de 56, ambos con antecedentes por robos con violencia.

Este hecho dibuja a la perfección el discurso de la ultraderecha no sólo en España, en otros países de Europa y América, en donde culpar de todos los males a las minorías es la salida rabiosa a un problema de desigualdad y falta de oportunidades. Tachar a todos los inmigrantes de criminales es caer en la ignorancia total, el racismo y la xenofobia.