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El debate final

QUEBRADERO

Javier Solórzano Zinser
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Desde hace algunas semanas ronda la idea de que Jorge Álvarez Máynez decline en favor de Xóchitl Gálvez.

En varias ocasiones hemos insistido en que no se ve por dónde tenga sentido la propuesta. La manera en que lo planteó el presidente del PRI terminó por ser un desaguisado, Xóchitl Gálvez de plano optó por hacerse mejor a un lado. Desde el uso de lenguaje hasta la forma en que lo hizo, Alito lo único que terminó por hacer fue complicar aún más las cosas y confrontar a dos fuerzas políticas, que si bien de alguna manera se la habían pasado bajo fuertes confrontaciones verbales había entre ellas dosis de civilidad política.

Es cierto que Máynez y Xóchitl se han enviado más de una puya. En particular el candidato de MC, si bien ha sido cuidadoso, no pasa por alto que en los debates le llama “doctora” a la representante del oficialismo, en tanto que cuando habla de Xóchitl la define como la candidata del PRIAN, la misma manera en que lo hace particularmente el Presidente.

El equipo de la hidalguense presentó estos días un spot en que intenta persuadir a los “fosfos” de que voten por Xóchitl. Por ahora no queda muy claro cuál puede ser la repercusión de ello, pero es un claro intento por hacer ver que se sea de MC o de donde fuere lo importante es sacar a Morena y sus aliados de Palacio Nacional.

Seguramente en el debate final del domingo surgirán puyas de uno y otro lado como parte final de la imprudente puesta en escena del presidente del PRI. El asunto va a terminar por ser secundario. Lo que importa del domingo son no sólo los planteamientos sobre temas sensibles y de primera importancia, sino cómo lleven a cabo sus perspectivas, es muy probable que en el área de seguridad se manifiesten definitivas diferencias.

Máynez ha presentado opiniones sobre el tema sin ser del todo contundente en su crítica directa a la estrategia de la presente administración. Esto no lo ha hecho presumimos porque pudiera estar buscando un momento como el del domingo para desarrollar, en la medida que el tiempo lo permite, su visión del multicitado “abrazos no balazos”. Lo que es evidente es que no puede ser contemplativo en función del violento estado de las cosas en buena parte del país.

Como decíamos ayer, para Xóchitl es la última oportunidad en función de lo que significan los debates en cobertura y atención. La candidata debe pensar bien qué tanto debe criticar a Claudia Sheinbaum y qué tanto deberá optar por las propuestas y por su visión crítica fundada hacia la actual administración.

El tercer debate es clave para Xóchitl. Aprendió de los primeros y como los seguidores de unas y otro invariablemente se declaren ganadores del debate, lo importante es que pueda mostrarse con talante y desparpajo que le permita convencer a mucha gente. A estas alturas todo esto es una tarea de enorme complejidad para la y el candidato de oposición.

A pesar de lo que dicen las encuestas Claudia Sheinbaum no puede sólo administrar el debate. Está ante la oportunidad de fortalecer su ventaja y empezar a perfilar elementos de lo que eventualmente sería su gobierno, generando confianza incluso en aquéllos que no están con ella.

No puede solamente seguir el guion con dedicatoria presidencial. En sentido estricto no tendría por qué romper con el inquilino de Palacio Nacional, pero si mostrar quién es, tratando de quitar parte de lo que en el imaginario colectivo se insiste, en que es una seguidora acrítica y hasta devota del Presidente.

Por ser el último debate, por los temas que trata y porque Xóchitl y Máynez, sobre todo la primera, se juegan su resto hay que seguirlo; están dadas las condiciones para que se presente un buen debate.

RESQUICIOS.

No se ve que la CNTE vaya a dejar el Zócalo el domingo. Se va a juntar la Marea Rosa con Xóchitl con el plantón magisterial. Va a ser necesaria la civilidad y evitar provocaciones. La CNTE le dijo sí al 10% de aumento salarial y luego planteó que era insuficiente.