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Josefina Vázquez Mota

Una mujer presidenta

SIN MIEDO

Josefina Vázquez Mota
 *Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Para mí es muy grato, emocionante y satisfactorio el que hoy hablemos de que en México una mujer será la próxima presidenta. Estoy convencida del gran avance que significa, en materia de género, que el próximo año en las boletas electorales haya dos mujeres contendiendo por la Presidencia. Imagino a todas las niñas soñando con ser presidentas cuando en la televisión, en la radio, en los periódicos o revistas, vean la imagen o escuchen a la presidenta de México. 

Un sueño que para muchas se hará realidad. Gracias a que la esperanza ha cambiado de manos, y hoy está en la trinchera de mi querida amiga Xóchitl Gálvez.

¿Que si México está preparado para una mujer presidenta? Desde hace mucho la respuesta es sí. Confío que en este proceso electoral no se escuche esa pregunta machista, porque es un insulto para las aspirantes, y porque a ningún hombre que aspira a ese cargo se le hace la misma pregunta, lo dan por hecho. Lo mismo debe ocurrir cuando se trata de mujeres.

Es el tiempo de las mujeres en México, dice, y es cierto. Hoy nuestras antecesoras deben saber que su lucha no ha sido en vano, por el contrario, ha sido el impulso de muchas, entre ellas yo, para estar hablando de que en el país habrá por primera vez una mujer como titular del Ejecutivo.

Hoy las mujeres podemos constatar que sí podemos romper los techos de cristal, que sí podemos disolver los clubs de Tobi, que sí podemos ganar espacios con toma de decisión, y que sí podemos gobernar un país, un estado, una alcaldía, un municipio.

Y no sólo por ser mujeres, sino porque somos capaces, decididas, valientes, entronas, inteligentes, estructuradas, preparadas, amorosas, reconciliadoras, negociadoras, administradoras, y mucho más.

Las mujeres de ahora tenemos la tarea de enseñarles a nuestras niñas, adolescentes y mujeres jóvenes, que los sueños sí se hacen realidad. Que no es fácil, es verdad, pero que la perseverancia, la tenacidad y el aspiracionismo, aunque a este gobierno no le guste, sí dan frutos.

Votar por una mujer para la Presidencia de la República es tan significativo, no sólo porque una de nosotras lo va a lograr, sino porque en la representación misma de que sí podemos erradicar el machismo, pero, sobre todo, el patriarcado.

Estoy segura de que Xóchitl va a hacer un gran trabajo, ella sabe que la esperanza está en sus manos, y que los vientos de cambio están de nuestro lado. Hoy como nunca confiemos en las mujeres.