a

El show y el fanatismo

ENFOQUE MANUAL

Laura Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Para tratar de entender lo que pasa alrededor de Donald Trump y su intento de asesinato de hace una semana, es mirar a Estados Unidos como un país que se glorifica en el showtime (espectáculo) y el fanatismo; considerando estos dos factores como piezas clave en la cultura norteamericana.

El país que ha encontrado en Donald Trump un hombre que representa los sentimientos más profundos de superioridad y odio que albergan en los estadounidenses de “casta pura”, claro, ojalá lo pueda leer con el mismo sarcasmo con el que escribí el entrecomillado.

El fanatismo por Trump superó al mundo entero cuando fue nombrado presidente de Estados Unidos un periodo antes que Joe Biden, el ataque al Capitolio promovido por él mismo y sus múltiples infracciones a la ley estadounidense.

La mezcla del poderío, de los gobiernos de extrema derecha y conservadores, más la superioridad de la raza blanca se crea una bola de nieve que embrutece a hombres y mujeres que buscan un líder superior al cual seguir, aplaudir y ejecutar toda acción que ÉL les pide.

El atentado a Donald Trump ha caido como “anillo al dedo” diría nuestro todavía presidente Lóepz Obrador. Trump la libró, se movió un pelín y ha quedado solo una oreja rasguñada.

El collage de fotos es el reflejo de la cultura norteamericana: el espectáculo y el fanatismo.Fotos: Reuters / Elizabeth Frantz, Andrew Kelly, Marco Bello, Brian Snyder, and Mike Segar

Un rozón de esos que vemos en las películas norteamericanas, una herida pequeña que ante toda y completa variedad de curitas o tapes en el país gringo, han decidido colocarle una gasa tamaño oreja para cubrir una herida que como todos vimos en la misma escena del atentado es en el hélix, la orilla de la parte superior y no en toda la oreja.

(Pareciera que acudieron a nuestros sistema de salud y al estilo Dinamarca le han colocado un parche que magnifica la herida al líder, a la patria y a un país entero.)

El parche blanco hoy justificará el odio y el racismo por parte de los republicanos. Gracias a él, se le aplaudirá con bombo y platillo a Trump y a su pareja de fórmula JD Vance cada propuesta y declaración en contra de todo aquél que no pertenezca a su “casta”.

Como en tantos países en estos últimos años, las elecciones políticas se han convertido en gradas de fanáticos enloquecidos sin mirar a fondo las políticas que dividirán y polarizarán con mayor fuerza su política, su sociedad y su economía.

El parche de la víctima, ahora se convertirá en un souvenir de patriotismo, de solidaridad, de grandeza y triunfo ante quienes no piensan como ellos o mejor dicho, quienes no son como ellos.

El collage de fotos es el reflejo de la cultura norteamericana: el espectáculo y el fanatismo.