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Leonardo Martínez Carrizales

Hipótesis sobre la 4T

LA MARGINALIA

Leonardo Martínez Carrizales
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

El 4 de agosto se presentó al público el libro coordinado por Enrique Semo Ideas para continuar la 4T (Itaca). Los 8 artículos reunidos son las conclusiones de otros tantos académicos notoriamente acreditados en disciplinas científicas como la economía, la sociología, la pedagogía, los estudios de género, agrarios y medioambientales, todos concurrentes a un seminario presidido por Semo con el propósito de reflexionar sobre el modelo de gestión pública y organización social del gobierno en curso, luego de la “insurrección electoral ciudadana” ocurrida en 2018.

Independientemente de la competencia científica del libro, los investigadores convocados no disimulan sus votos por la continuidad con rectificaciones de la 4T, entendida como un modelo de gestión pública dirigido por un Estado social, un Estado de Bienestar, cuya complejidad sólo se puede aquilatar mediante las ópticas de las ciencias sociales.

El equipo organizado por Semo (entre quienes figuran Noemí Levy, José Blanco, Axel Didriksson, Pedro Álvarez-Icaza) imparte una lección de cómo la ciencia, sin renunciar a sus controles heurísticos, ha de ejercerse con una conciencia crítica de intervención en la sociedad, sobre todo en una cuyos indicadores prueban el estrés destructivo al que se la sometió durante un ciclo de 30 años de neoliberalismo.

En contraste con esta contribución al conocimiento, el debate periodístico resulta asombrosamente trivial, cuando no deshonroso para el crédito de personajes que abdicaron de su responsabilidad de construir un conocimiento fiable en términos racionales, y se convirtieron en árbitros de sus pasiones desatadas sin decoro, sin control de las consecuencias que sus exabruptos mediáticos puedan tener en una comunidad política profundamente agraviada.

A contrapelo del sabotaje pertinaz que estos sujetos mendaces conjuran en contra de las formas de organización popular y el entramado de políticas públicas que vienen reorganizando un Estado más incluyente desde 2018, estos hechos deberían incorporarse en el relato historiográfico del país con base en los estándares mandatados por las disciplinas universitarias. La 4T es una consecuencia lógica de etapas caracterizadas como el desarrollo estabilizador, la crisis petrolera, la desincorporación de empresas paraestatales, la privatización neoliberal de activos públicos…

La 4T es el fenómeno inicial de un nuevo ciclo de “otra forma del capitalismo” en México (Semo), organizado por un Estado interventor al frente del proceso de instauración plena de derechos sociales constitucionales (Blanco), sustentado en formas de organización popular tendientes a la acción. Este fenómeno se encuadra en un panorama sobre el cual se recortan con nitidez la caída continua de los indicadores de la fase neoliberal del capitalismo posindustrial, la transformación de la globalización proclamada como fin de la historia, el inesperado resurgimiento de bloques regionales que reconfiguran la geopolítica legada por la destrucción del Muro de Berlín, y que arrebatan a los EEUU y a la Comunidad Europea su primacía indiscutible, el auge de nuevas formas de organización popular que desbordan los marcos restrictivos de la ciudadanía liberal… En fin, la 4T marcha en el sentido del tiempo social del planeta.