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Leonardo Núñez González

Los drones ucranianos en el Mar Negro

EL ESPEJO

Leonardo Núñez González
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
 
Por:

El conflicto entre Ucrania y Rusia ha logrado desmontar muchos mitos sobre la supuesta efectividad del segundo ejército más poderoso del planeta y evidenciando cómo, aun a pesar de estar en desventaja numérica y que el ejército ucraniano no posee una fuerza marítima relevante, han logrado destruir los barcos insignia de Rusia en el mar Negro, e incluso, la semana pasada lograron atacar por primera vez en la historia a un submarino ruso. 

La batalla por el control del mar Negro es una cuestión histórica que se remonta a épocas medievales, pues con sus aproximadamente 436 mil kilómetros cuadrados de extensión y fronteras compartidas con seis países —Bulgaria, Rumania, Ucrania, Rusia, Georgia y Turquía—, este cuerpo de agua ocupa una posición estratégica en la encrucijada de Europa, Asia y Medio Oriente. Gracias a sus conexiones con el continente europeo, a través de los ríos Danubio y Dnipro, se ha convertido en una puerta marítima crucial desde un punto de vista económico, político y militar durante cientos de años.

Lo que sucede en el mar Negro tiene un impacto significativo en el mundo entero. Sólo en 2019 se transportaron 464 millones de toneladas métricas de carga a través de más de 60 puertos en el mar Negro, y gran parte de esta carga provenía de Ucrania. Antes de la invasión a gran escala en 2022, Ucrania representaba 10% del mercado mundial de trigo, 15% del mercado de maíz y 13% del mercado de cebada. El objetivo de Rusia ha sido bloquear a Ucrania del comercio internacional y apropiarse ilegalmente de la producción de cereales en los territorios ocupados.

La invasión de Ucrania en febrero de 2022 volvió a convertir el mar Negro en un campo de batalla. Ucrania tuvo que minar partes de su costa para bloquear los desembarcos rusos y resistir, donde el famoso incidente de la Isla de la Serpiente en que unos pocos soldados ucranianos no se rindieron ante la marina rusa, se convirtió en un símbolo icónico de dignidad. A pesar de la valentía de Ucrania, encontrar una solución sostenible para garantizar la seguridad de las rutas comerciales en el mar Negro es un desafío extremo, pues sigue habiendo una diferencia de capacidades enorme, pues Ucrania no posee una flota de guerra y, después de que estuvo en aplicación durante un año, Rusia se ha negado a refrendar el acuerdo que tenía para garantizar la seguridad de los barcos que comercien en el mar Negro.

Sin embargo, Ucrania ha estado luchando desde el principio, haciendo de la necesidad virtud, y desde octubre de 2022 se ha convertido en la primera nación en desarrollar y utilizar en combate drones acuáticos. Así como en los campos de batalla los drones aéreos se han convertido en una herramienta clave de las fuerzas de defensa para poder enfrentar la invasión rusa, en los mares los ucranianos han logrado intimidar a una potencia naval mediante estas nuevas herramientas. El conflicto entre Rusia y Ucrania no se resolverá pronto, pero en esta lucha de David contra Goliat, la inventiva de la nación ucraniana bajo amenaza seguirá redefiniendo las estrategias de guerra del siglo XXI.