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Mauricio Flores

Lo bueno, lo malo y lo feo de AICM-AIFA

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
Por:

Para que no haya duda, el AIFA son las siglas que en el plan “Unidos Por el Progreso de México” se le asignaron a la terminal aérea de Santa Lucía, y cuya operación será simultánea con el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México, a cargo de Jesús Rosano, y para lo cual esta semana estaría listo el avión Station II que, dotado con nuevo equipo, realizará las primeras pruebas en aire —ya no en simuladores— del nuevo diseño de espacio aéreo para el Valle de México.

Este modelo fue elaborado por la francesa Nav-Blue, a cargo de Fabrice Hammel, y con lo que se estrena a nivel internacional con un proyecto aeroportuario real. Eso es lo bueno: a casi un año en que los especialistas de Navblue, Richard Pfahler, William Seay y Maxime Caille, concluyeran que bajos los modelos teóricos no había manera de estimar los alcances en seguridad y eficiencia de la operación simultánea entre los aeropuertos capitalinos, Toluca, Cuernavaca, Puebla y Santa Lucía, por primera vez se harán las pruebas reales.

La Agencia Federal de Aviación Civil, a cargo de Rodrigo Vásquez Colmenares, elaboró con NavBlue los escenarios de operación aérea, incluyendo situaciones críticas ambientales y en tierra a fin de que las aerolíneas participen con sus puntos de vista.

Lo malo es que el diseño del modelo teórico no tomó en cuenta al Colegio de Pilotos Aviadores de México, que encabeza Heriberto Salazar, a los que sólo se les presentaron los diseños. Tampoco hubo respuesta oficial a las enmiendas sugeridas por los pilotos.

Y aquí empieza lo peliagudo: el nuevo modelo de aterrizajes y despegues simultáneos en el Valle de México tiene que acatar, sin chistar, el reglamento de la OACI al 100% para que las aerolíneas operen en tres aeropuertos en un valle entrecruzado de sistemas montañosos.

Susto y cobro. Lo malo: para que funcione el nuevo espacio aéreo se requiere “abrir el carrusel” de descenso en el norte de la CDMX, por lo que los aviones sobrevolarán desde Ciudad Satélite y Lomas de Chapultepec; como el sobrevuelo sería de baja altura, habría mayor uso de combustible y mayor impacto sónico de las turbinas. Además, despegues y operaciones se harían con maniobras intrépidas sobre la zona urbana sin que exista claridad precisa si ello desahogará la saturación del NAIM cuando el Covid-19 haya cedido.

Un poco peor: la administración del AICM decidió elevar en hasta 40% las tarifas de renta de locales y de espacios publicitarios. Se trata de exprimir a locatarios, como los que rentan autos en la asociación que encabeza Analilia Anaya, para pagar los intereses de 4,200 millones de dólares adeudados por la cancelación del NAIM y completar los ingresos para obras urgentes que requiere el actual aeropuerto con o sin Santa Lucía.