Dwayne The Rock y otros blindajes del tequila

Es inminente la derrota de México en el panel de controversia por el asunto del maíz transgénico convocado por la representación comercial de Estados Unidos; pese a la retórica oficial del “no pasa nada”, el ala radical del Gobierno en materia alimentaria y agrícola —cuyo ascendente ideológico y moral recae en el exsecretario del Medio Ambiente, Víctor Toledo— no cuenta con estudios científicos que demuestren los daños a la salud alegados…, por lo que vendrán sanciones arancelarias contra productos agropecuarios y manufacturados exportados al vecino país, represalias de las que, sin embargo, estará a salvo el tequila.

El Gobierno de Andrés Manuel López Obrador tiene en sus manos el botón de “ejected” que permita expulsar de sus líneas de gobierno el decreto maicero de febrero pasado. De oprimirlo, podrá cancelar el panel invocado por los equipos de Katherine Thai y de Tom Vilsack hacia el primer trimestre del próximo año, previo a que las campañas electorales tanto aquí como allá impidan una solución técnica y quede sujeta a decisiones totalmente políticas. De seguir el pleito y perderlo, la USTR buscará aplicar multimillonarias compensaciones arancelarias “donde más le duela” a México. Pero lejos de lo que la imaginación colectiva indicaría, la bebida nacional por excelencia estaría exenta de tales represalias, precisamente por ser la más internacionalizada a nivel comercial y de luego de casi 50 años de un intenso trabajo de hacer valer su Denominación de Origen, así como de la profesionalización de la actividad a través del Consejo Regulador del Tequila, que encabeza Miguel Ángel Domínguez y dirige Ramón González

El grueso de los más de 650 millones de litros fabricados anualmente por más de 100 mil familias involucradas en la industria proviene de empresas pequeñas y medias nacionales (y algunas enormes, como Cuervo, de la familia Beckmann), pero al mismo tiempo existe la inversión directa de las 10 multinacionales de bebidas espirituosas que han incorporado en sus portafolios globales al tequila. Firmas como Diageo, Brown Forman, Bacardí, Pernod Ricard o Beam Suntory, han empujado el gusto por la bebida mexicana por naturaleza que llega a 120 países con cerca de 515 millones de litros comercializados.

El gusto por la bebida del agave azul tiene, además, fans que tiene sus propias marcas, como Teremana, de Dwayne La Roca Johnson, Cincoro, de Michel Jordan, De Frente, de Diego Boneta, el 818, de Kendall Jenner, el Flecha Azul, de Mark Wahlberg, o el Mala Vida, de Alex González.

Difícilmente la USTR se “dará un balazo en el pie” al afectar inversiones y prestigios en su propio país.

Bueno, eso en lo que al tequila corresponde…

Suspenden, por simulación, permisos a Hornbeck. Por contar en realidad con capital social mayoritariamente extranjero al tiempo que aparentaba que era predominantemente mexicano —como exigen las leyes mexicanas para prestar el servicio de cabotaje entre puertos nacionales— la Secretaría de Marina, a través del Registro Público Marítimo Nacional, negó la renovación de permisos para seis embarcaciones de la naviera Hornbeck Offshore Services México (HOS). Para fuera, pues.

Ya desde 2019, la Dirección General de Marina Mercante habían identificado la simulación corporativa, por lo que había procedido a suspender las operaciones de HOS, realmente estadounidense y, más obvio no podía ser, relacionada con Hornbeck Offshore, cuyo CEO es Tim Hornbeck. A partir de ahí se inició un pleito legal ante varias instancias, hasta que finalmente fue ratificada la suspensión y confirmado que hubo simulación en los estatutos de la naviera, procediéndose a negar los permisos. Bajo dicho engaño, Hornbeck prestaba servicios en puertos nacionales del golfo de México a petroleras como Chevron, Repsol, Shell, Petrobras y, claro, Pemex.

Pero la Semar, a cargo del almirante Rafael Ojeda, no se dejó ver la cara.

Jalisco y UdeG, revisión de libros de texto. Y en una muestra de independencia ante el sometimiento de Dante Delgado a Palacio Nacional, el Gobierno de Enrique Alfaro se levantó las mangas y, en conjunto con la Universidad de Guadalajara, que conduce Ricardo Villanueva, pasa de los dichos a los hechos: revisarán los libros de texto gratuito de primera y secundaria con la finalidad de corregir errores y falacias, con el afán de llevar a buen puerto las “áreas de oportunidad” para niños y jóvenes de Jalisco. Un buen ejemplo pedagógico.