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Mauricio Flores

Se quedan cortos estímulos fiscales al CIIT

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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Las dimensiones son algo relativo, y aunque las comparaciones son odiosas, son necesarias: el diseño de estímulos fiscales básicos para el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec (CIIT) efectuado por la Secretaría de Economía, a cargo de Raquel Buenrostro, permite que a los 6 años —cuando son retirados— generen un retorno de 2.1% de todo el capital originalmente invertido; en tanto que el modelo diseñado para las Zonas Económicas Especiales que estuvieron a cargo de Gerardo Gutiérrez Candiani generaba en ese mismo plazo un retorno de 20 por ciento.

En un ejercicio básico, suponiendo un capital de 100 millones de dólares en alguno de los 10 parques industriales ahora a cargo del vicealmirante Raymundo Morales, considerando que se condona la totalidad del Impuesto Sobre la Renta en los primeros 3 años y luego se descuenta a 50% los siguientes 3 años, las empresas asentadas en los llamados Polos de Desarrollo del Bienestar (PDB) tienen que pagar en su totalidad cuotas sociales (seguro social y fondos de retiro); el resultado es que al final de un sexenio se habrán generado 102.1 millones de dólares como utilidad neta suponiendo una tasa media de utilidad operativa anual de 20%.

El beneficio de la condonación del ISR a 90% se haría posible a partir del año tres siempre y cuando se superen las metas de empleo planteadas al inicio de los proyectos.

Lo que hace atractivo el modelo para los PDB es la opción de la deducción de la depreciación acelerada de los activos ahí invertidos (una tasa máxima de hasta 33.33% hasta su depreciación total) en un plazo de 6 años; ello libera flujo equivalente para estimular la reinversión por otros 100 millones de dólares en el modelo descrito. En tanto que las Zonas Económicas Especiales, bajo esas mismas condiciones, una inversión de 100 millones de dólares, generaría en 6 años 120 millones de dólares, al considerar que se mantiene el descuento en la totalidad del ISR (y que se prolongaría en el modelo básico hasta 10 años) y por qué pagaría la mitad de las cuotas sociales, siendo la otra mitad cubierta por el Gobierno federal.

Opcionalmente, el ISR se descontaría a 50% por 5 años adicionales y a 25% las cuotas sociales en ese mismo plazo. Al final del plazo de una década habría generado 200 millones de dólares de utilidades con la opción de generar otros 50 millones en 5 años subsecuentes.

Ambos modelos plantean simplificación administrativa, ventanilla única y seguridad pública reforzada en el entorno.

Pero la gran diferencia es que las ZEE ya no existen, que Carlos Urzúa, cuando fue secretario de Hacienda, precedió a su cancelación por orden presidencial… y que los PDB están hoy en pleno proceso de licitación y son una realidad.

Es lo que hay, pues.

ISSSTE-Mainbit, decisión en suspenso. Esta misma semana, el responsable del Órgano Interno de Control del Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado, Luis Antonio García Calderón, tendrá que definir si le da el gane —a pesar de los múltiples recursos de inconformidad de otros tiradores— de la licitación de más de 59 mil equipos de cómputo y periféricos a la firma Mainbit, de José Antonio El Pollo Sánchez, que ofertó un precio de 85 millones de pesos superior a lo que hizo su competidor más cercano, la empresa SIGA que conduce Juan Sordo. Los recursos de inconformidad de la mayoría de los concursantes se enfocan a las maneras y argucias con que fueron descalificadas sus ofertas (a pesar de cumplir con los parámetros establecidos) por parte del equipo de administración de Almendrita Ortiz a través de su operador estrella, el subdirector de recursos materiales, Juan Carlos Suárez El Taquero Guzmán. Además del OIC del ISSSTE, la Oficialía Mayor de Hacienda, a cargo de Thalía Lagunas, está pendiente de una de las mayores compras de tecnología de la información en este sexenio.

Pemex, dividendo por 1,000 mdd. Muchos quedaron sorprendidos por la afirmación que hizo Octavio Romero en el Congreso Mexicano del Petróleo 2023, en Campeche, en el sentido de que el valor de compra de la refinería de Deer Park ya se había recuperado a menos año y medio de su adquisición. Y sí, es cierto: obtuvo un dividendo por mil millones de dólares por la adquisición de 50% de las acciones en manos de Shell. Una audaz política de inventarios y buenos precios internacionales contribuyeron a ello, cuestiones de las cuales les daré un par de detalles en breve.