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Mauricio Flores

La SICT reclama a COFECE por trenes

GENTE DETRÁS DEL DINERO

Mauricio Flores
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
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En mayo pasado la Conamer, a cargo de Alberto Montoya, inició una consulta pública en torno a los lineamientos de emergencia requeridos para elevar la eficiencia y los estándares de seguridad para usuarios: a través de solicitudes de información, este columnista obtuvo la visión que en la SICT, a cargo de Jorge Arganis, se tiene sobre un sistema oligopólico que no cumple con normas —de por sí laxas— que tendría que cumplir. Y son tales las debilidades detectadas en un sistema de monopolios regionales tanto de Ferromex, de Germán “el Buena Onda” Larrea, como en Kansas City, que dirige Oscar Del Cueto, que se antoja urgente que la autoridad tome cartas en el asunto.

La actuación oficial sería la respuesta ante los riesgos que corren los activos concesionados por el Estado, se ve deteriorada la continuidad del servicio que además se hace poco competitivo por sus altos costos y falta de inversión, así como los niveles de accidentes que superan proporcionalmente mucho a los niveles registrados en Estados Unidos y Canadá. Todo ello genera debilidades para México, como país, en los procesos de compra que por un lado pretende Union Pacific, de Lanz Fritz, sobre las acciones de Ferromex y también ante la megacompra ferroviaria que ya pactó con Canadian Pacific de Keith Creel sobre el Kansas Citi Southern que preside Pat Ottensmeyer.

Hay dos indicadores clave que la SICT tiene en su mano la respuesta: tarifas por kilómetro tonelada que Ferromex y Kansas City suelen duplicar respecto a las tarifas vigentes en EU (lo cual explica porque ambas empresas ya recuperaron con creces lo que invirtieron en la adquisición de concesiones ferroviarias en el último sexenio del siglo XX); en tanto que la inversión por kilómetro de red es una décima parte de lo que invierten en Estados Unidos sus socios o aliados. Por ello, el desmentido que la SICT hizo a la Asociación Mexicana de Ferrocarriles —presidida por Alfredo Casar— en la consulta pública sobre lineamiento de emergencia, al señalar que carece de fundamento y veracidad la afirmación de esa asociación sobre que en México existe un sistema competitivo y con las mejores tarifas internacionales.

Pero más fuerte aun cuando la Secretaría se dirige a la Comisión Federal de Competencia Económica —hoy encabezada interinamente por Brenda Hernández— en la que se expone la inquietud respecto a la discordancia entre las nulas acciones que esa comisión ha tomado respecto a los documentos y estudios desde la época de Alejandra Palacios.

O sea, muchas investigaciones, pero pocas acciones. Y eso puede atraer serias consecuencias en cuanto a responsabilidades públicas. Esto se pondrá intenso.

Sale David Martínez de OMA. La noticia de la noche de este domingo es la salida de David Martínez de la Operadora Mexicana de Aeropuertos al vender al grupo francés Vinci Airports el 29.9% de las acciones de la empresa aeroportuaria que dirige Ricardo Dueñas. El multimillonario vendió una tercera parte de las acciones del grupo aeroportuario con base en Monterrey que poseía a través de SETA y Aerodrome, acciones que originalmente adquirió de la familia Quintana cuando ésta se desligó en 2016 de su participación dentro de Grupo ICA y de los negocios que la constructora tenía en concesiones. Vaya, Martínez se fue forrado: compró en unos 270 millones de dólares y vende en 815.4 millones.

Cemex y la inflación. Los estados financieros de la multinacional de soluciones de construcción que encabeza Rogelio Zambrano muestran que logró trasminar a sus clientes el aumento de costos en materias primas —agregados y combustibles—, así como de logística y distribución: sin aumentar de manera relevante sus volúmenes de venta, en Cemex aumentaron 11% entre abril y junio de 2022, principalmente el aumento de precios del cemento que fabrican (16%), concreto (12%) y agregados pétreos (14%), lo cual permite mantener un balance financiero y operativo sano. La pregunta, obviamente, es hasta donde los clientes de la firma, que dirige Fernando González, “aguantan” mayores precios sin reducir su demanda.