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Mónica Argamasilla

Los niños y la literatura

LAS LECTURAS

Mónica Argamasilla
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Una de las preguntas que más me hacen es cómo poder fomentar la lectura en los niños. No creo que haya una fórmula exacta, pero sí es una opción de entretenimiento que se puede ofrecer a un niño de cualquier edad para despertar su curiosidad y fomentar la imaginación.

La fórmula que mejor funciona es dando el ejemplo. Los infantes suelen imitar las conductas de los padres, si ellos nos observan con un libro, ellos querrán entender qué es aquello que nos mantiene tan entretenidos y querrán probarlo.

Contar cuentos a los niños antes de dormir, no sólo ayuda a fomentar el hábito de la lectura, sino que además contribuye a crear un vínculo especial entre padres e hijos, un momento íntimo y de calma que compartimos, en el que se abre un canal distinto de comunicación; uno que va directo a su cerebro fomentando la imaginación, y eso sin hablar del vocabulario que les estamos presentando, un sinfín de palabras y expresiones que podrán ir sumando a su propio vocabulario.

Dicen que cualquier hábito se crea con la repetición continua, hasta que lo hacemos rutina. Con la lectura pasa lo mismo, si creamos un espacio diario para leer un cuento, se volverá parte de su rutina diaria y habremos creado un pequeño lector.

Hoy en día hay una gran variedad de libros para niños que se van acomodando a las distintas edades y necesidades. Es importante conocer los gustos de infantes y presentarles libros que hablen de ello, de este modo siempre querrán saber más. Una gran actividad que podemos compartir con nuestros hijos es llevarlos a las librerías a que ellos escojan sus lecturas. Siempre habrá libros para nuestros pequeños astronautas, científicos, maestros, deportistas, botánicos y los amantes de los animales, así como historias fantásticas que los llevan de viaje por otros mundos y épocas.

Regalar cultura es regalar el poder de la inteligencia y la imaginación. Una persona culta siempre será un conversador interesante, un curioso que querrá llenarse de sabiduría.

Colores, formas y texturas, es lo que presentan los cuentos para los más pequeños. Ellos querrán explorar las páginas en busca de cosas nuevas que irán introduciendo a su mundo. Incluso hay libros hechos de plástico para que puedan gozar de ellos mientras se bañan, relacionando la relajación de la hora del baño con el placer de leer.

Una vez que los niños comienzan a crecer, es el momento de introducir libros con pequeños textos, así podrán familiarizarse con las letras, aun cuando no sepan leer, pero su cerebro las podrá almacenar haciendo el proceso de la lectoescritura mucho más sencillo.

Cuando los niños ya saben leer y escribir, los libros deben contener textos adecuados a su capacidad lectora. Aunque los padres puedan seguir compartiendo la lectura con ellos, es el momento ideal para que se aventuren a leer por su cuenta. Muchas veces, si el cuento ha sido leído con anterioridad, se anticipan a lo que sucede. Identifican las letras con el sonido, lo que les motiva enormemente.

Con la entrada a primaria, la lectura debe de ir enfocada a sus propios gustos. La literatura ofrece un sinfín de temas que se adaptan a todas las necesidades. Es importante ofrecer lecturas que les motiven o reten, para que sientan la gran satisfacción de leer.

Quizá en la adolescencia pueden perder el gusto por la lectura, pero si la fomentamos correctamente de niños, el gusto volverá de adultos. En algún momento retomarán la lectura como parte de su rutina diaria.

Regalar el hábito de la lectura a los niños es entregar una llave de conocimiento, de imaginación, cultura y diversión. En un mundo digital, la capacidad de imaginación es un tesoro que no debemos dejar de lado, ya que le podrá servir para cualquier carrera que decida dedicarse en el futuro.

Así que, ¡a fomentar la lectura!