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Mónica Garza

El grito en el cielo: ¡CNDH!

GENTE COMO UNO

Mónica Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Tal como dice el dicho, “no se le puede pedir peras al olmo”, como a la Comisión Nacional de Derechos Humanos no se le puede pedir hoy la autonomía y el rigor para ejercer las acciones para las cuales fue creada, si desde hace casi 4 años no las ha tenido.

Su historia se descuadró más de lo que ya estaba —porque la CNDH nunca ha estado libre de pecado—, aquel noviembre de 2019 con el nombramiento de Rosario Piedra Ibarra como su titular, lleno de cuestionamientos a su legitimidad.

La toma de protesta de la entonces nueva presidenta de la Comisión Nacional de Derechos Humanos resultó inédita, entre reclamos a gritos y empujones, que advertían la crisis de credibilidad que desafortunadamente la ha acompañado desde entonces.

“¿Han asesinado periodistas?” preguntó aquella tarde, ya como nueva titular de la CNDH, cuando fue cuestionada al salir del Senado, por un reportero que le recordó que aquel año era el más violento para el gremio en México, pero ella lo desconocía.

Qué mala tarde aquella y sólo era el principio.

Después vino la indiferencia sobre las madres de víctimas de feminicidio, que terminó en la toma de las instalaciones de la Comisión y más desafortunadas las explicaciones de su presidenta.

Luego nombró a Arturo Tapia Lugo como director general de Comunicación Social, quien tenía señalamientos por violencia contra una mujer, Piedra Ibarra también lo desconocía y la presión mediática la obligó a recular.

El movimiento de padres de niños con cáncer “Un día más sin quimios”, terminó denunciando a la titular de la CNDH en 2020 por múltiples omisiones, acusándola de “defender los derechos humanos a su conveniencia, cayendo en responsabilidades del orden penal derivando una conducta omisa y solapadora”.

Después vino aquel sorpresivo anuncio sobre la decisión de la CNDH de no atraer el caso de Tadeo, el bebé ingresado muerto a un penal en Puebla a inicios de este 2022, “tampoco hicimos investigaciones por nuestra cuenta”, declaró Piedra Ibarra en aquella ocasión.

Feministas toman las instalaciones de la CNDH, en septiembre de 2020.Foto: Cuartoscuro

Y así se han ido acumulando tropiezos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos que hoy se encuentra bajo la lupa de organismos internacionales, que esta semana se preguntaron, al igual que muchos mexicanos, ¿por qué hizo eso?, cuando se resistió a promover acción de inconstitucionalidad ante las reformas aprobadas para que la Guardia Nacional pase a manos de las Fuerzas Armadas.

“Las 16 páginas de su posicionamiento son muestra penosa de falta de independencia y desconocimiento de estándares de Derechos Humanos”, opinó el Centro de Derechos Humanos Miguel Agustín Pro Juárez (Centro Prodh) luego de la publicación de la postura de la Comisión.

Y es que la CNDH ni siquiera ofreció revisar la situación, aun cuando es de todos conocido el acumulado de quejas sobre las Fuerzas Armadas y ahora también de la Guardia Nacional, que ha registrado un incremento del 44% sólo de 2020 a 2021 según Integralia.

Por supuesto que en Palacio Nacional se celebró la postura de la CNDH “distinta a los de la ONU y organismos conservadores” calificó el Presidente, por haberse pronunciado más de una vez en los últimos meses, sobre la reforma a la Guardia Nacional.

“Es preocupante que las reformas aprobadas no incluyan ninguna disposición que garantice la supervisión civil de la Secretaría de la Defensa Nacional”, señaló Nada Al-Nashif, Alta Comisionada Interina de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos.

Amnistía Internacional México expresó abiertamente su rechazo, por considerar que la iniciativa incumple los tratados internacionales en los que México está incluido y representa un riesgo para la garantía de los derechos humanos.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos urgió al Estado mexicano a reconsiderar: “toda política pública de seguridad ciudadana debe contar con una institucionalidad independiente de las fuerzas militares, con una estructura policial civil operativa y profesional”, puntualizó.

Y menciono sólo algunos de los organismos que se han pronunciado, mientras que en México, nuestra Comisión Nacional de Derechos Humanos parece nuevamente hacer caso omiso a sus propios datos y a su propia ley, que en el artículo 2 establece claramente el mandato por el que se rige y el objetivo de su creación:

“Proteger, observar, promover, estudiar y divulgar los derechos humanos previstos por el orden jurídico mexicano”…que esta semana ha estado cerca de alcanzar el fondo del abismo al que parece haber saltado aquel noviembre de 2019.