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Mónica Garza

Maltrato animal, la otra cara de la impunidad

GENTE COMO UNO

Mónica Garza
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

Una inversión de 12 millones de pesos y alrededor de 50 empleados de planta, son los que trabajarán en el Centro de Bienestar Animal que funcionará como refugio temporal y hospital para mascotas y animales de la calle, ni más ni menos que en Monclova, Coahuila. 

Después de lo ocurrido esta semana en aquella entidad, parece chiste, pero el proyecto fue presentado con bombo y platillo por el alcalde Mario Dávila Delgado, mientras en las redes sociales se viralizaba el video donde bomberos de Monclova, maltrataban hasta la muerte a perros de la calle, riéndose a carcajadas. ¡Demencial!

Los mensajes clamando justicia se replicaron por millones. El reclamo llegó al Senado de la República y el alcalde de Monclova salió a decir que los hechos “ocurrieron en una administración pasada”, como si eso disminuyera el horror.

El gobernador Miguel Riquelme anunció el inicio de una investigación a través de la Procuraduría de Protección al Ambiente de Coahuila de Zaragoza, pero eso no garantiza el castigo de los responsables, porque en ocasiones anteriores, no ha ocurrido.

El Código Penal del estado en su Artículo 293 BIS 2 señala que, “Todo aquel que cometa actos de maltrato o crueldad injustificada en contra de cualquier especie animal que no constituyan plaga, provocándole la muerte, se le impondrá de dos a seis años de prisión y de trescientos a mil días multa…”.

Se presentó denuncia formal ante la Fiscalía del Estado contra quien resulte responsable por el hecho que causó horror e indignación. La realidad es que no es un hecho aislado en Coahuila.

En aquella entidad existen más de un millón 400 mil perros en situación de calle de los cuales sólo se tiene control de 10 mil, según la Secretaría del Medio Ambiente en la entidad y por lo visto parte de su “autoridad” opta por matar al resto a palos.

Pero ¿Qué pasa en aquella sociedad que es tan común el maltrato animal?, recordemos el caso de aquel perro samoyedo llamado “Ghost” que allá mismo fue cruelmente asesinado y luego encontrado en la propiedad de un vecino.

O el agresor del Barrio de Santa Anita que fue denunciado en 2022 por matar a un cachorro de tres meses y que luego él mismo confesó a las autoridades haber asesinado a más de siete mascotas.

Fotograma del video en el que bomberos de Monclova fueron captados asesinando a unos perritos.Foto: Especial

El mismo 2022 fueron localizados en Coahuila dos canes muertos con señales de tortura extrema y abandonados en los límites de Arteaga y Saltillo; pero de lo más escandaloso ha sido sin duda, el asesinato del oso negro a manos de pobladores del municipio de Castaños.

Un osezno de cerca de 4 meses de nacido, que fue atado de patas y cuello, hasta provocarle la muerte por asfixia.

Lo más grave de aquel suceso, es que en el lugar y en el preciso momento, estaban presentes elementos de la Policía Municipal que no hicieron nada para impedirlo. Eran al menos 5 agentes que indolentes dejaron morir al animal.

En su momento fueron vinculados a proceso por la escena que se hizo viral, pero poco se ha sabido del desenlace de dicho procedimiento. ¿Estarán en la cárcel como lo marca su propia ley? Muy posiblemente —seguramente— no…

¿Qué le pasa a esa parte de la sociedad Coahuilense? entre los que se esconden criminales que primero torturan animales hasta la muerte —y quién sabe cuándo lo harán también con humanos—. ¿Por qué? Porque pueden, porque no hay consecuencias.

En México siete de cada 10 animales domésticos sufren maltrato y se han registrado cifras de muerte por esta causa hasta de 60 mil animales al año —más los que no se registran—, lo que nos coloca como el tercer país a nivel mundial con esa problemática.

Nuestras acciones más recurrentes de maltrato animal son vergonzosas: violación y abuso sexual.

La tortura, lesiones, abandono y por supuesto el asesinato, no son menos comunes y aunque en 28 entidades del país se cuenta con legislaciones que tipifican el maltrato animal, la realidad es que no se cumple la ley.

Lo ocurrido en Coahuila es solo una muestra de algo que pasa en todo el país, todos los días. Pero el peor mensaje está en el hecho de que los responsables de las peores escenas de maltrato animal son autoridades, las mismas que deberían de impedirlas.

Pero ahí siguen, libres, uniformados y matando animales a carcajadas, con toda impunidad. Así de enojada y loca está ya nuestra sociedad, y sin consecuencias…