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Montserrat Salomón

DeSantis lucha por sobresalir

POLITICAL TRIAGE

Montserrat Salomón
*Esta columna expresa el punto de vista de su autor, no necesariamente de La Razón.
Por:

La carrera por la nominación republicana a la presidencia de Estados Unidos sigue dando de qué hablar, mientras Donald Trump y Ron DeSantis compiten por parecer el político más radical e irracional y así ganar a las bases más furibundas del partido.

Aprovechando la “distracción” que hay en el bando de Trump por sus innumerables problemas legales, DeSantis se ha dedicado a ensalzar las leyes más controvertidas que ha impulsado en el estado de Florida. Desde la prohibición de hablar de raza, género o preferencia sexual en las escuelas hasta sus muy cuestionables leyes antiinmigrantes, el gobernador del “estado del sol” está abocado a no abandonar los titulares de la prensa para posicionar su nombre en la mente de los votantes.

Se podría hablar mucho de estas leyes y analizar la base razonable que puedan tener, pero lo cierto es que parece que detrás del gran cúmulo de acciones de DeSantis parece estar una intención política de posicionarse más que una genuina preocupación por entender el pulso de la gente a la que juró servir. Como ya es común en la política, el gobernador está usando el escaparate de su oficina pública como trampolín para su crecimiento profesional personal.

Especialmente en el tema migratorio, las leyes impulsadas por el gobernador han paralizado la economía de la Florida. Al imponer penas de cárcel y enormes multas a las personas que empleen a indocumentados, los servicios, la agricultura y el turismo se han venido abajo. Si DeSantis en verdad piensa imponer esta ley a largo plazo, terminará por afectar gravemente la economía de su gente, por lo que parece más un arrebato mediático con fines propagandísticos. Sin embargo, el daño en la economía de las personas más vulnerables es real y son ellas las que pagarán los platos rotos de las ambiciones del político republicano.

El tema migratorio es un problema real. Hay una base razonable en pedir que la gente migre legalmente a Estados Unidos. Sin embargo, los extremos a los que llegan políticos como DeSantis, quien incluso amenaza con eliminar la nacionalidad por nacimiento, llevan a cuestionarse si no se trata de un simple y llano racismo en lo que yace detrás de tanto celo nacionalista.

En el caso de DeSantis, podemos esperar más espectáculo en lo que logra entrar a la batalla contra Trump, mas el gobernador no tiene el carisma del expresidente. Me parece que la estrella de DeSantis quedará estrellada en unos meses, más si Trump logra librar sus problemas penales y auparse en una ola de martirio con su retórica de la cacería de brujas en su contra. Mientras tanto, veremos cuánta paciencia le tienen los ciudadanos de la Florida a un gobernador que está dispuesto a hipotecar su economía a cambio de un avanzar en sus ambiciones.