La última república
APUNTES DE LA ALDEA GLOBAL
En estos días, en la Avenida 18 de Julio de Montevideo, se ven más banderas que de costumbre. En los parques que bordean la larga calle hay quioscos de los principales partidos, el Nacional, el Colorado, Cabildo Abierto o el Frente Amplio, con anuncios de sus respectivos candidatos. La calma que se respira en el país no es propia de una elección latinoamericana.
Como en otras ciudades latinoamericanas, como la de México, Bogotá, Santiago o Buenos Aires, todavía pueden verse estanquillos de periódicos con las últimas ediciones de El País, Ladiaria o Le Monde Diplomatique. La escena de los ciudadanos en los cafés, leyendo esos periódicos, es de las últimas de la historia republicana de la región.
Luis Lacalle Pou deja la presidencia con una aceptación cercana al 50%. No es un desempeño bajo para una sociedad como la uruguaya. Álvaro Delgado, el candidato oficial del Partido Nacional, ha hecho una campaña basada en un espíritu continuista e, incluso, reeleccionista, sin que el mandatario saliente pueda optar por un segundo término inmediato.
Ese tono releccionista deja clara la apuesta por la permanencia de la agenda en el polo oficial. La novedad en esta contienda uruguaya parece ser que el campo de la derecha se divide, ya que frente al candidato oficial, se perfila otro por el Partido Colorado, Andrés Ojeda, que ha hecho declaraciones positivas sobre Javier Milei, Nayib Bukele y Daniel Noboa y estaría buscando inscribirse en el espectro de las derechas más extremistas.
La fractura de ese bloque ha sido hábilmente aprovechada por el Frente Amplio, la gran alianza de la izquierda uruguaya, que se muestra blindada ante cualquier divisionismo. Con dos rostros nuevos, Yamandú Orsi, como candidato presidencial, y Carolina Cosse, para la vicepresidencia, el partido de José Mujica se presenta como favorito en la primera vuelta electoral.
La mayoría de las encuestas predice un triunfo del Frente Amplio, pero no con los votos suficientes para evitar el balotaje. El escenario podría cerrarse si, en una segunda vuelta, las diversas corrientes de derecha logran unirse y preservar el proyecto de gobierno de Lacalle. La moderación con que el Frente Amplio está jugando sus cartas busca afrontar ese riesgo.
La encuestadora Factum, reportó el periódico Ladiaria, da Orsi cerca de un 45% de intención de votos, seguido muy de lejos por los nacionales con 25%. A pesar de ser minoritaria, la base electoral del Partido Nacional es sólida, no así la de los colorados. El radicalismo de la candidatura de Ojeda podría ser clave para decidir el triunfo del Frente Amplio en primera vuelta.
El veterano experto electoral y analista político uruguayo Francisco Vernazza, quien trabajó en los equipos de campaña de Julio María Sanguinetti y José Mujica, resumió el panorama con una frase al periódico El País: “el Frente se canta a sí mismo y los blancos a sus obras”. Quería decir el comentarista que la izquierda debía consolidar sus apoyos, mientras que el oficialismo podía explotar aún más el rendimiento de Lacalle Pou.
Mujica, delicado de salud por un cáncer en el esófago, salió a hacer campaña por la fórmula del Frente Amplio en los últimos días. En sus últimas alocuciones el expresidente debió defender a su partido de algunas críticas contra una supuesta nacionalización de las Administradoras de Fondos para el Ahorro Personal (AFAP), que se ha atribuido a la izquierda a partir de unas declaraciones del senador Alejandro Sánchez.
Los dichos del dirigente izquierdista han sido utilizados por los dos partidos de derecha, pero especialmente por el presidente Lacalle y el candidato Delgado, como una posible señal de giro estatista en la política económica del Frente Amplio. Sin embargo, todo parece indicar que, de ganar, Orsi nombraría como Ministro de Economía a Gabriel Oddone, un exfuncionario del Banco Interamericano de Desarrollo y el Banco Mundial, de tendencia liberal.